¿Qué decisiones tomaremos en 2010? Una cosa es segura: si seguimos haciendo las mismas cosas, vamos a seguir obteniendo los mismos resultados. Este año, me propongo hacer que la solución sea definitiva: una resolución que, en realidad, todos tenemos que hacer. Más allá de las dietas, las rutinas de ejercicio y los intentos a medias a abandonar nuestros malos hábitos, propongo una decisión más profunda: la elección interna, un cambio en nuestra conciencia que va a transformar nuestra percepción de la realidad.



La resolución de este Año Nuevo, es una resolución que hay que actualizar en cada momento, para tomar decisiones que no se vean obstaculizadas subconscientemente por los hábitos del pasado. Esta resolución debe ser elegir ser más amor, ser más nuestra verdadera esencia, que es la paz, la alegría, la inocencia. ¿Por qué digo que es la única solución? Porque es partir de la fuente más abundante de los flujos de todo lo que deseamos con el fin de cumplir con nuestra necesidad de felicidad y realización. Cuando me enfoco en el amor, todo lo demás es una consecuencia natural.



¿Qué es el amor?



Me parece que esta simple definición describe el amor que todos podemos elegir ser: la energía profunda que sostiene la totalidad, que está siempre presente, eterna, inmortal.



Este amor me permite ser yo mismo, más allá de toda inseguridad y miedo, y a la vez, permite que todos los demás sean, sin tratar de cambiarlos. Este tipo de amor sólo puede ocurrir en el presente, cuando uno es plenamente conciente. Suena simple, pero no es así, porque ese tipo de amor debe comenzar con uno mismo. Para poder amar a los demás - a amar de verdad, intensamente, sin condiciones, primero hay que encontrar ese amor por uno mismo, porque nadie puede dar lo que no tiene. Hacer este ejercicio es la resolución más sencilla, hermosa y profunda de Año Nuevo. Es un verdadero descubrimiento: convertirse en el amor en cada momento de la vida, que la abraza tal como es, y comprender que en ese amor, este momento es perfecto, y que el mal - o lo malo - no es otra cosa más que una falta de conciencia.



Alabanza al amor por este momento en su perfección, centrándose en el corazón.



Asi empezarás a ver que lo “bueno” y lo “malo” en el mundo que te rodea, es sólo una parte del juego humano, que cada vez te afecta menos. Al hacerlo, podrás naturalmente ayudar a aumentar esta sensibilización en los que te rodean.


Este año nuevo, no vamos a obstaculizarlo con las decisiones que no nos han traído alegría en el pasado. Vamos a adoptar una nueva perspectiva, y a desafiar los límites de lo que hemos conocido, buceando en las profundidades silenciosas del ser, descubriendo lo desconocido y abrazando la unidad más allá de la discriminación, de la separación y el control basado en el miedo del intelecto.



¡Feliz Año Nuevo!

Con amor, Isha