En el reino del Padre, debéis convertiros en criaturas nuevas; las cosas viejas deben desaparecer; observad que os muestro cómo todas las cosas deben renovarse.
Libro de Urantia. Pág.1609
Cuando aún no se acallan los festejos con los cuales recibimos este Nuevo Año, hace muy bien el recordar las palabras de Jesús, pues nosotros también, al igual que lo hizo el año que comenzamos a vivir, debemos dejar a atrás las cosas viejas, todos esos lastres que nos atan a las cosas negativas para hacer espacio a todo lo nuevo e inesperado que en este 2010 nos tocará vivir...
No nos atemos a lo conocido, a las costumbres establecidas porque la rutina cansa y agota, propongámonos en este año ser creativos para que ningún día sea semejante a otro, no perdamos la capacidad de asombro ante lo mucho que tanto la naturaleza como la vida misma tiene que ofrecernos... No encasillemos tampoco a las personas, busquemos siempre en ellas lo mejor que tienen, que muchas veces es mucho más que lo que vemos a simple vista. Seamos generosos en nuestros juicios...y esto nos resultará fácil de hacer si nosotros somos capaces de renacer del espíritu que en nosotros reside.
"Si te dejas conducir por el espíritu del Padre, pronto comenzarás a ver con los ojos del espíritu. Cuando esto ocurra y tú elijas de todo corazón seguir la dirección del espíritu, nacerás de él y tu único propósito del vivir será hacer la voluntad de tu Padre que está en los cielos y entonces comenzarás a rendir en tu vida diaria los abundantes frutos del espíritu" 1602
Comencemos este Año con el corazón abierto a las sugerencias de nuestro espíritu, para que nuestro Padre viva en nosotros y nosotros demos testimonio de él con nuestros actos.
yolanda silva solano