Situate delante de un espejo, mírate y pregunta ¿hasta donde he llegado? Deja caer los velos que esconden lo que sólo tu sabes. Desnúdate ante ti y una vez que lo hayas hecho, hazte una reverencia, preguntándote ¿hasta dónde me permito llegar?
Cuando tengas las respuestas que tanto te preocupan, despreocúpate, pues con todo lo que ya sabes, no tienes por qué temer.
Tu peor enemigo eres tú; tu mejor amigo eres tú, despreocúpate. Camina desnudo, con conciencia de lo que has venido a realizar y una vez aceptado, comprométete de nuevo.
Nosotros tenemos todo el Universo, todo lo que conocéis como tiempo para esperar.
Tenéis que trabajaros el desapego pero el desapego a vosotros mismos, es lo que más os ata a todo lo material.
Ríndete, comparte esta rendición contigo mismo y cuando te arrodilles ante ti, deja caer el vello que escondía tus miserias.
Ámate, pues amándote a ti mismo, amas al universo entero, sin medida alguna. Ámate y demuéstrate cuanto te necesitas.
Realízate, pues solo haciendo de verdad lo que quieres podrás llegar a ti mismo. No habrá obstáculo que entorpezca a ti contigo.
Ahora sólo déjate. Sé. Todo está.
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