La supervivencia de las criaturas mortales, se basa exclusivamente en la evolución de un alma inmortal, dentro de la mente mortal.
Libro de Urantia. Pág.404
Una vez más nos damos cuenta cuan unidas deben marchar la espiritualidad con lo material, la mente con el espíritu, pues ambas se necesitan mutuamente para evolucionar, pues de hecho el alma no funciona separada de los material, pues "el enlace funcional de mente y espíritu, no da como resultado una combinación de ambos atributos, sino más bien da un valor universal enteramente nuevo, original y único de perduración potencialmente eterna que es el alma" 1218
"El hombre mortal tiene un núcleo espiritual. La mente es un sistema de energía personal que existe alrededor de un núcleo espiritual divino y que funciona en un ambiente material. Tal relación vital de mente personal y espíritu, constituye la potencialidad universal de la personalidad eterna. Los problemas graves, la desilusión permanente, las derrotas estrepitosas, o la muerte inescapable sólo ocurren cuando los autoconceptos tienen la arrogancia de desplazar totalmente el poder dominante del núcleo espiritual central, destruyendo así el esquema cósmico de la identidad de la personalidad."142
“La humanidad no asciende sin esfuerzos en el universo, pero tampoco evoluciona el Supremo, sin acción inteligente y propósito, porque así, como el hombre alcanza su destino humano, del mismo modo, alcanza el Supremo su destino en niveles de deidad” 1285
Es maravilloso pensar que no estamos solos, formamos un cuerpo místico en donde todo lo que le pasa a uno de sus miembros tiene repercusión en todo el Cuerpo, Dios y el hombre se necesitan mutuamente es una realidad y una tremenda responsabilidad, porque mi inercia impide el desarrollo normal del cuerpo al cual pertenezco.
"La experiencia religiosa personal, consiste en dos fases: descubrimiento de la mente humana y revelación por el espíritu divino residente"2095 el cual está siempre pronto a guiarnos y permitirnos saber escoger entre el bien y el mal.
Todos queremos que el mundo sea diferente, pero él solo puede cambiar, cuando cada uno de nosotros lo haga y aporte lo mejor de sí, a este cuerpo místico que es, esta maravillosa unión entre el Supremo y la criatura humana, entre la mente y el espíritu.
yolanda silva solano