Quienes alcanzan el Camino son débiles en la ambición pero fuertes en la acción; sus mentes son abiertas y sus respuestas ajustadas.
Quienes son débiles en la ambición son flexibles y complacientes, pacíficos y tranquilos; se ocultan en la actitud de no adquirir y aparentan ser inexpertos. Tranquilos y sin
estratagemas, cuando actúan lo hacen a tiempo.
Por ello, la nobleza debe estar enraizada en la humildad, el espíritu elevado debe estar basado en la modestia.
Utiliza lo pequeño para contener a lo grande; permanece en el centro para controlar lo externo.
Compórtate con flexibilidad, pero sé firme, y no habrá poder que no puedas vencer, adversario que no puedas superar.
Responde a las circunstancias, evalúa el momento adecuado, y nadie podrá hacerte daño.
Quienes fuesen firmes deben preservar la firmeza con flexibilidad; quienes fuesen fuertes deben proteger la fortaleza con debilidad.
Acumula flexibilidad y serás firme; acumula debilidad y serás fuerte.
Observa lo que ellos acumulan y sabrás quién sobrevivirá y quién perecerá.
Quienes vencen a los menos fuertes mediante la fuerza llegan a un punto muerto cuando se
encuentran con sus iguales.
Quienes vencen a los más fuertes mediante la flexibilidad tienen un poder que
no puede medirse. Por ello, cuando un ejército es fuerte, perece; cuando un árbol es fuerte, se quiebra; cuando el cuero es fuerte, se agrieta; los dientes son más fuertes que la lengua, pero son los primeros en morir.
Así pues, la flexibilidad y la complacencia son los administradores de la vida, la dureza y la
fuerza son los soldados de la muerte.
Tomar la delantera es el camino del agotamiento; actuar con posterioridad es la fuente del éxito.
Atenerse al Camino para ser un compañero para la evolución implica el liderazgo para regular el seguimiento, y seguir para regular el liderazgo. ¿Qué es esto? Significa no perder los medios de regular a la gente, que la misma gente no puede controlar.
Seguir significa combinar los elementos de los acontecimientos de tal manera que se armonicen con los tiempos.
Los cambios a lo largo del tiempo no permiten reposar en los intervalos: si actúas por
adelantado, eso es ir demasiado lejos; si actúas demasiado tarde, no puedes ponerte al día.
A medida que pasan los días y los meses se van, el tiempo no se entretiene con la gente. Es por ello por lo que los sabios no valoran tanto una gran gema como un poco de tiempo. El tiempo es difícil de encontrar y fácil de perder.
Por ello, los sabios manejan sus asuntos de acuerdo con los tiempos y realizan sus obras de
acuerdo con los recursos. Mantienen el camino de la pureza y son fieles a la disciplina de su espíritu.