La conciencia de una vida humana victoriosa en la tierra, nace de la fe de la criatura, que se atreve a desafiar cada episodio recurrente de su existencia y cuando se enfrenta con las limitaciones humanas con la firme convicción de que en ella vive una parte del Padre que lo puede hacer todo.
Libro de Urantia. Pág.59
No tenemos que esperar dejar esta tierra para sentirnos unidos a nuestro Padre, porque es en esta vida donde tenemos que aprender el cómo llegar a gozar de la eternidad. Dios quiere que seamos felices en lo que hacemos, porque la mejor manera de manifestarles nuestro amor es haciendo su voluntad.
El tomar conciencia de nuestra mente finita y de nuestras limitaciones humanas, no debieran disminuir nuestras ansias de perfección, porque en esta maravillosa carrera de superación, no estamos jamás solos, pues desde el día de Pentecostés en nosotros vive el Espíritu divino sin el cual "el hombre no podría amar en forma altruista y espiritual, ni podría comprender verdaderamente la unidad del universo, ni tampoco podría reconocer los significados espirituales"2094
Este Espíritu "es la actualidad del amor del Padre encarnado en el alma de los hombres, es la promesa verdadera de la carrera eterna del hombre, aprisionada dentro de la mente mortal. Dios habiendo mandado al hombre que sea perfecto, ha descendido en forma de Ajustador para tornarse el socio experiencial del hombre en el logro de su destino excelso de eternidad" 1176
Por eso, si nosotros verdaderamente lo QUEREMOS nada ni nadie puede detener nuestra evolución ascendente, porque el poder divino es el motor que nos guía y nuestro Padre el socio que se compromete con nosotros en todo lo que hacemos, de allí que todo lo que hace un hijo de Dios es sagrado, porque cuando la religión no es un conjunto de ritos, sino que es "espiritual en sus motivaciones, hace más valiosa la vida entera, llenándola de altos propósitos, dignificándola con valores trascendentales, inspirándola con motivos elevados y llenándola de esperanzas, porque la verdadera religión, tiene el propósito de disminuir el esfuerzo de la existencia, libera la fe y da valor a la vida diaria y al servicio desinteresado por nuestros hermanos."1727
Nuestra espiritualidad, nuestra evolución no está en las cosas extraordinarias, sino en hacer lo ordinario en forma extraordinaria, teniendo conciencia de nuestras motivaciones, porque sabemos que para quien se asocia con Dios ¡todo es posible!
yolanda silva solano