Para reflexionar...(22/02/10)
"Papá, ¿Está Ahí?"
"Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento" (Salmos 23:4).
Muchos años atrás, escribe un autor desconocido, un pequeño
niño estaba acostado en su cama, listo para dormir. De
repente, se volvió en la dirección de la cama grande donde
su padre solía dormir, y preguntó: "Papá, ¿está ahí?" "Sí,
mí hijo", fue la respuesta. El pequeño niño, se volvió al
otro lado, y durmió calmo y tranquilo. Actualmente el
pequeño niño ya es un hombre viejo de más de setenta años y,
toda noche, antes de ir a dormir, mira para el alto, en
dirección al rostro del Padre Divino y pregunta: "Papá,
¿está ahí?" Y la respuesta llega, clara y fuerte: "Sí, mi
hijo."
Que cosa maravillosa es tener la certeza de que nuestro
Padre está siempre cerca de nosotros para protegernos y
bendecirnos. No apenas en la hora de dormir, pero, en toda y
cualquier situación, podemos descansar en Su presencia y
entregar a Él todas nuestras preocupaciones e inquietudes.
¿De qué tenemos miedo? ¿por qué no osamos seguir adelante?
Muchas veces nos sentimos solitarios, fracasados,
derrotados. Creemos que la vida no sabe sonreír a nosotros.
Leemos que el Señor está con nosotros, todos los días, pero
no nos atrevemos a creer en ese. Está escrito pero es para
otros. Yo no consigo vencer, no consigo luchar, no consigo
ser feliz. Y ¿quién dijo qué no?
El ejemplo del niño de nuestra ilustración es perfecto para
una vida plena y abundante. Al lado del Señor nada tenemos a
temer. Podemos ir a todos los lugares, disfrutar la alegría
que la vida nos ofrece, caminar en dirección a nuestros
sueños sin la compañía de las dudas que sacan la paz de
aquéllos que no conocen a Dios. para que eso sea real en
todos nuestros días, basta apenas que en todos nuestros
momentos y en todas nuestras decisiones, no olvidemos de
preguntar: "Papá, ¿está ahí?"