El mundo es maravilloso y está lleno de cosas bellas y buenas.
Pero nos hemos acostumbrado a fijarnos sólo en las feas y malas. Si
adquirimos el hábito contrario, es decir, el de ver sólo lo bonito y lo
bueno, y no lo feo y lo malo, como si no existiese, no existirá para
nosotros y seremos felices, porque no percibiremos la maldad ni la
imperfección.
Lo feo y lo malo nos producen miedo y el miedo es el mayor
enemigo de la felicidad. El mundo es maravilloso y rico y está lleno
de luz y alegría y sólo espera que aprendamos a enfocar nuestros ojos
del alma y lo disfrutemos.
Ahora, debido a nuestro enfoque erróneo en lo feo y lo malo, el
mundo nos parece horrible. Pero no lo es. Ved sólo lo bueno y lo
bello, que abunda mucho más que lo otro y enseñad a los demás a
verlo así. Porque ese mundo hermoso y bueno es el real. El otro es un
mundo imaginario, un engaño en el que casi todos caemos.
Cuanto más os capacitéis para ver sólo lo bello y lo bueno, más
cosas buenas y bellas veréis. Y eso no tiene fin.
De niños todo nos parecía hermoso y bueno. No existían la
fealdad ni la maldad. Y éramos felices. Por eso aquello de