Paz interna
En unión al Cristo de mi ser, siento infinita paz en mí.
La paz interna, así como las expresiones externas, comienza conmigo y en mí. Estoy consciente de la fortaleza y los recursos disponibles en mí que edifican y expanden mis sentimientos de sosiego.
La paz interna proviene de saber que el Cristo de mi ser es mi ancla y mi fuente de todo lo que es bueno, estable y seguro. En un mundo donde el cambio es constante, el Cristo morador es mi base estable e inmutable. Al tener esto presente, siento una paz más allá de toda medida.
La paz interna surge al ver el Cristo en mí y en los demás. Cada persona que encuentro es una creación de Dios y una expresión del amor crístico.
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón.—Juan 14:27
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