En el silencio de nuestra alma se esconden los mas hermosos y bellos secretos de nuestro Corazón.
El silencio no es la ausencia de sonidos, sino un estado de quietud en el que podemos oir nuestra voz interior con más claridad, en el que podemos descubrir el verbo de nuestro Padre Amor a través del silencio hecho poesía del alma.
En el silencio se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz
De pronunciar.
En el trabajo continuo, silencioso y tranquilo, nuestros dones se manifiestan y se multiplican.
La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven…
El silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un hermano.
Hermano…ábreme el cofre sagrado de tu silencio…comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras, desde lo que anhelas, sueñas, y desde donde te alegras…sin palabras.
Entraré de puntillas, sin hacer ruido, con cariño y ternura, para no romper la hermosura y lo sublime que me ofreces a través de tu silencio