«Los hombres buscan los tesoros del reino con un corazón anhelante y unos pasos cansados, cuando todos se encuentran al alcance inmediato de la fe viviente.»
Libro de Urantia. Pág.1487
Muchas veces nos parece que buscar el Reino de Dios en esta tierra, significa dejar las cosas materiales y que es sólo para algunos escogidos que aceptan someterse a determinadas disciplinas y rituales, por lo cual no nos motiva el buscarlo, ignorando que "el objetivo de la realización humana debe ser espiritual no material, porque las únicas realidades por las cuales vale la pena luchar son divinas, espirituales y eternas. Pero esto no quiere decir que el hombre no tenga derecho a gozar de los placeres físicos y a satisfacer sus afectos"1096 porque no es lo que se hace o se deja de hacer, lo que marca la verdadera espiritualidad, sino las motivaciones que nos impulsen a actuar de una u otra manera en forma personal, porque "la verdadera religión es la actitud de un alma individual en sus relaciones con su Creador"1603 por tanto "para entrar en el reino del cielo, el motivo es el que cuenta, pues el Padre mira dentro del corazón de los hombres y juzga por sus íntimos deseos y sus intenciones sinceras"1571 porque "él ve tanto los motivos íntimos del alma, así como vuestras pretensiones exteriores y vuestras manifestaciones de devoción"1826
Por eso, "Jesús aclaró que la gran diferencia entre la religión de la mente y la religión del espíritu, es que mientras la primera es sostenida por al autoridad eclesiástica, la última está completamente basada en la experiencia humana, que significa la búsqueda personal de la verdad, la alegría de enfrentar los peligros del descubrimiento intelectual, la determinación de explorar las realidades de la experiencia religiosa personal, la satisfacción de experimentar el triunfo de la comprensión de la fe espiritual sobre las dudas intelectuales y alcanzando al fin, la felicidad de encontrar a Dios en nosotros y por nosotros mismos"1729
Si nos convencemos que cada uno de nosotros es un templo de Dios, nos será más fácil el darnos cuenta que para encontrar a nuestro Padre no es necesario buscarlo fuera, porque desde el día de Pentecostés él habita en lo más íntimo de nuestra mente y que solamente de nosotros depende que lo dejemos pasar de nuestra mente a nuestro corazón, porque el conocimiento intelectual de nuestra mente no necesariamente nos acerca a Dios, porque muchas veces "la cristalización intelectual de los conceptos, invalidan el verdadero conocimiento y nos impiden llegar a la sabiduría"1471
Es mediante nuestra fe sincera y personal como podemos entrar en el Reino, porque gracias a ella "os volvéis divinamente conscientes de Dios y entonces nacéis del espíritu. La fe nunca escapa del deber de solucionar los problemas del vivir mortal porque la fe viva no fomenta el fanatismo, la persecusión ni la intolerancia. Tampoco encadena la imaginación creadora, ni mantiene un prejuicio irrazonable ante los descubrimientos de la investigación científica."1115
En la medida que nuestra amistad con Dios sea algo real en nuestras vidas, su Reino nos cobijará con Amor y nos enseñará a compartir ese amor con nuestros hermanos que se sentirán atraídos a entrar también en el Reino.
yolanda silva solano