Los hombres buscan los tesoros del reino con un corazón anhelante y unos pasos cansados, cuando todos se encuentran al alcance inmediato de la fe viviente.»
Libro de Urantia.
Para entrar en el Reino Jesús nos dijo que el motivo es el que cuenta, porque aunque parezca mentira muchos buscan la religión para figurar o para acallar su conciencia realizando ciertos ritos y oraciones que salen más de los labios que del corazón.
Algunos piensan que para ser espiritual no hay que comer carne, ni beber alcohol, sin embargo Jesús nos dijo claramente que “ no es lo que entra por la boca, lo que ensucia espiritualmente al hombre, sino más bien lo que procede de la boca y del corazón” 1712, porque “la moralidad de cualquier acción está determinada por la motivación del individuo.” 1585
Otros creen que para estar en el Reino hay que ser religioso y dedicar toda la vida a la oración y las buenas obras. Esta podría ser una definición correcta, siempre y cuando le pudiéramos agregar “en la vida diaria” porque “aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y distorsionar la religión” 1124 y desgraciadamente esto es lo que hemos hecho por siglos, en el mejor de los casos, hemos tenido días y horas determinados para Dios, en vez de hacer una amalgama perfecta, entre nuestra vida ordinaria y cotidiana con nuestra espiritualidad, la cual no debiera ser otra cosa que el deseo sincero de amar a Dios y tener con El una actitud coloquial propia de un hijo con su Padre.
Entrar en el Reino es estar conscientes que Dios vive en nosotros siempre y no sólo en algunos momentos determinados, porque nuestros cuerpos son su templo, en el cual, Él voluntariamente vive, pero que a la vez necesita de nuestra colaboración para manifestarse en plenitud porque “ la dominación del Espíritu, no está matizada jamás por la coerción ni comprometida por la compulsión. Cuando esa guía espiritual es aceptada inteligentemente y sin reserva, se desarrolla gradualmente en la mente humana, una conciencia positiva de contacto divino y seguridad de comunión espiritual, y tarde o temprano el Espíritu atestigua con tu espíritu, que eres una criatura de Dios” 381 y mientras no lo seas, difícilmente te puedes llamar con propiedad una persona espiritual.
Por eso debemos estar atentos a lo que estamos considerando espiritual en nuestra vida, porque “En cualquier religión es muy fácil que los valores se vuelvan desproporcionados y que los hechos ocupen el lugar de la verdad, en la teología personal”1615. Quienes siguen sin discriminación “los dictados de la ciencia, las costumbres sociales y el dogma religioso, están en el grave peligro de sacrificar su libertad moral y perder su libertad espiritual. Están destinados a convertirse en un papagayo intelectual, un autómata social y un esclavo de la autoridad religiosa.”1458
Cambiemos el cansancio de las cosas hechas por obligación por la felicidad de mantener nuestra amistad con Dios como nuestro corazón nos lo vaya dictando, porque nadie puede evolucionar, ni entrar al Reino por nosotros.
yolanda silva solano