Los espíritus humildes son libres de amar y de ser como deseen. No tienen modelos artificiales de vida con los que deban cumplir. No se sienten atraídos por los símbolos del poder externo.
Aquel que perdona es quien demuestra ser verdaderamente poderoso.
Cuando tratas de dominar a otro, no sólo no dominas a nadie, sino que te empobreces. Cuanto menos capaz te sientes, más necesidad tienes de controlar aquello que es externo. El amor es la vitalidad de la vida. Es la riqueza y la plenitud de tu alma fluyendo por tí.
La humildad, el perdón, la claridad y el amor forman las dinámicas de la sabiduría. "Son las bases del verdadero poder".
"EL LUGAR DEL ALMA"
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