¡ESCUCHA!
Un repentino bamboleo, gritos, ulular de sirenas, la gente..., la gente es un caos, hay gritos, llanto,
oraciones, y muy dentro de mi un temblor, una incertidumbre tan grande de no saber, todo se
movía, corría de un lado a otro llamando a mis hijos, a mi madre. Como una película vinieron a mi
mente escenas de casos similares y que nosotros solo éramos espectadores, en una fracción de
segundos piensas a la misma velocidad de la luz y empiezas a recordar " si en casos como
este busquemos los triángulos de vida, conservar la calma, ja si conservar la calma fuera tan
fácil en estos momentos todo tendría más sentido.
Los gritos de mis hijos y de mi madre me regresaron a ese presente que cada momento
era más intenso, estábamos todos juntos en un gran triangulo de vida y de repente quedo
todo en silencio, nunca había pesado tanto un silencio como el de ese momento,
hasta dolía, y dolía el alma, dolía el cuerpo, dolía, como dolía y abrazando fuertemente a mis hijos,
les pedíamos encarecidamente mi madre y yo que no dejaran de rezar, de sentirse que estaban
abrazados por Dios ... y pienso que surtía un gran efecto tranquilizador por que ... ó...
quizás en efecto, si estaban siendo abrazados por Dios y
eso me ayudo a tratar de ordenar mis ideas y mediante miradas cómplices entre mi madre
y yo comenzamos a ver si podíamos salir de ahí, para ver que es lo que había pasado.
Cuando logramos salir, se oían lamentos que desgarraban el silencio, todo estaba a oscuras y en
medio de ese inmenso silencio se oía a lo lejos un clamor, un lamento que no era de un ser
humano, no era de la gente, se podía escuchar el dolor que estaba sintiendo la tierra, este hermoso
planeta azul se quejaba tanto que ya estábamos temiendo otra tragedia.. ¡Cuanto dolor! y pensé
que si en mis manos hubiese estado la solución a todo este sufrimiento, hubiera luchado por evitarlo.
De pronto sentí un tiron tan fuerte y una vocecita tan dulce que me decía " mamá, mamá! despierta
que se nos hará tarde para ir a la escuela y oh! todo había sido un sueño! pero me había parecido
tan real que abrace a mis hijos tan fuerte y los bese y busque a mi madre y aunque aún
dormía fui y le di un gran beso, les dije que los amaba. Me miraron muy extrañados, quizás
pensaron "y está? creo que se volvió un poco loquita" Corrí a preparar sus lonches y me
puse unos jeans y una camisa, mis tenis y nos fuimos a la escuela, en el trayecto les decía,
"si por alguna razón escuchan algún ruido extraño, por favor > escuchen < y pongan atención
a ese ruido y si sienten algún movimiento enseguida pónganse de tal manera que
queden dentro de un triangulo, pues esto les puede salvar la vida en caso de que no este
yo con ustedes. Un tanto extrañados por mis cosas, solo se limitaban a decirme que si a todo.
Raúl, el jefe de la brigada de bomberos me saludo a la entrada de la escuela, dejamos a
nuestros hijos y me dice.. "¿alguna vez has tenido un sueño y te despiertas con la sensación
de que fue muy real, como si fuera un aviso? me quede extrañada y le conteste... ¿Hablas del temblor? y me dijo con una gran cara de asombro... "¡Si!, tu también lo soñaste? nos
quedamos viendo y comprendimos que en realidad podría haber sido un aviso, no podría
ser coincidencia. Nos fuimos a nuestros respectivos hogares pero con esa
incertidumbre marcada en el rostro.
A media mañana, en el canal de noticias empiezan a hablar de huracanes, temblores, guerras, y
pensaba, si acaso no podían dar otro tipo de noticias y como si me hubieran escuchado, en medio
de todas esas tragedias sacaron una nota de un lugar que parecía un Paraíso, se apreciaba vida por
todos lados, se escuchaban todos los hermosos sonidos de la naturaleza y pensé "Si toda la
tierra estuviera así, estoy segura que hasta la risa de Dios se escucharía" y apareció una palabra
que me dejo, perpleja, en una toma donde se podía apreciar el horizonte y así a lo lejos se veía
como un reflejo, de pronto apareció "Escucha" y me dije, "acaso me estaré volviendo loca?"
esto es como un aviso, que está pasando?
Días después, en un centro comercial, toda la gente hablaba de extraños sueños, algo que los
dejaba reflexionando pero aún así no lograban entenderlo. Mis hijos y los hijos de Raúl se hablaban
todo el día platicándose lo que habían soñado. UN día un niño llamado Gabriel, que era un niño especial, autista,
de pronto hablo frente a varios de sus amiguitos, y les dijo.
>> La tierra se ha estado dejando escuchar y nosotros hemos estado muy sordos a sus
lamentos, ella nos esta llamando nuevamente, por favor abran sus oídos, escuchen! por que si no la escuchamos como debe de ser no nos vamos a salvar!, por favor
amiguitos, yo quiero vivir, vamos a ayudar a los mayores a que aprendan a escuchar a la tierra,
todo lo que somos por fuera es solo una forma, lo esencial esta dentro de cada uno de nosotros, nuestros ojos y nuestros oídos se contaminan con toda la modernidad y eso
hace que no podamos ver la realidad ni escuchar lo natural. Ella pide paz, cada uno de nosotros
somos pequeñas piedras de esta gran masa llamada tierra y en cada uno habita un universo independiente, hagamos lo posible por conservar nuestra estancia en este hermoso
planeta azul dando lo mejor de nosotros mismos <<
Después de eso, Gabriel volvió a ser el mismo de siempre, todos los niños se quedaron
un rato en silencio, los maestros, un tanto extrañados, comenzaron a llevarlos a sus aulas.
Desde ese día todos hemos estado atentos al llamado de la naturaleza, agradecemos el lugar donde
vivimos, y le hemos hablado al mar, le pedimos que sea tan poderoso como siempre, pero a la vez tan
fraternal como para protegernos, que somos parte de él y hemos dejado de contaminarle
echando basura a sus aguas, hemos estado respetando la vida, lo natural.
Pienso que este modo de vida que estamos llevando ha llegado a oídos de muchos pues me he
enterado que ya hay otras ciudades que han tomado nuestro ejemplo.
Temí mucho la llegada del 2012 pero ahora ya no temo, he aprendido a vivir, a escuchar, a oler, a
sentir y he llegado a disfrutar la presencia de Dios día con día.
"Escucha" la tierra tiene muchas cosas de que hablarte, abre tus oídos y siente!
Autor: Miriam Pereyra A... 16/feb/2010
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