Repetidas veces, Jesús les dijo que no era su deseo que los que creyeran en él se volvieran dogmáticos y estandarizados, según las interpretaciones religiosas de los hombres, aún de los hombres buenos.
Libro de Urantia. pág.1592
"Jesús una y otra vez amonestó a los apostóles contra la elaboración de credos y el establecimiento de tradiciones como medio para guiar y controlar a los creyentes en el evangelio del reino.1592 porque sabía que estas prácticas adormecen las conciencias, más que despertarlas a las verdaderas experiencias espirituales personales, que sólo es posible lograrlas cuando es el espíritu divino, quien guía nuestros actos. |
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Los errores cometidos por las iglesias al desoir estos consejos de Jesús han sido cometidos de buena fe, pusieron ritos, dogmas y obligaciones, con la esperanza de que el rebaño no se extraviara y todos tuvieran una sola creencia, pero desgraciadamente los frutos no han sido positivos, pues siguen teniendo creyentes que repiten con sus labios lo que con su corazón y sus acciones niegan, pero muy pocos de ellos viven las enseñanzas del Maestro, si ésto no fuese así el mundo no estaría como lo vemos.
"Cuando Santiago Zebedeo preguntó: «Maestro, ¿cómo podremos aprender a ver las cosas de las misma manera y de ese modo disfrutar de mayor armonía entre nosotros?» Al oír Jesús la pregunta, se sintió tan agitado en su espíritu que inmediatamente replicó: «Santiago, Santiago, ¿cuándo os enseñé que debéis ver las cosas todos vosotros de la misma manera? He venido al mundo para proclamar la libertad espiritual, para que los mortales tengan la fuerza de vivir su vida individual con originalidad y libertad ante Dios. No deseo que se compre la armonía social y la paz fraternal al precio del sacrificio de la personalidad libre y de la originalidad espiritual. Lo que yo os pido, mis apóstoles, es unidad espiritual y ésa podréis experimentar en el regocijo de vuestra dedicación unida a hacer de todo corazón, la voluntad de mi Padre en el cielo. No hace falta que veáis las cosas de la misma manera ni que las sintáis de la misma manera ni tampoco que penséis de la misma manera para ser iguales espiritualmente. La unidad espiritual deriva de la conciencia de que cada uno de vosotros está habitado, y cada vez más dominado, por el don espiritual del Padre celestial. Vuestra armonía apostólica ha de crecer del hecho de que la esperanza espiritual de cada uno de vosotros es idéntica en origen, naturaleza y destino.1594
Cuantas discusiones y guerras santas se hubiesen evitado y se seguirían evitando, si los seres humanos al fin comprendiéramos lo que realmente significa la unidad espiritual. No se trata de pensar igual, pues la igualdad es el peor de los mitos, no existe ni en la naturaleza, ni el hombre ni en el universo y lo maravilloso es que siendo tan diferentes los unos de los otros, formamos un solo cuerpo místico porque Dios nos ama a todos por igual, el no tiene favoritos porque "aunque los seres humanos difieren de muchas maneras unos de otros, ante Dios y en el mundo espiritual, todos los mortales están en igualdad de condiciones. Ante los ojos de Dios sólo existen dos grupos de mortales: los que desean hacer su voluntad y los que no lo desean. Al contemplar el universo, del mismo modo discierne dos grandes clases: los que conocen a Dios y los que no lo conocen.1468"
Pero este amor de Dios hacia el ser humano, no es estandarizado porque El nos ama a cada uno en forma particular "la Paternidad de Dios y la fraternidad del hombre presentan una paradoja de la parte y el todo en el nivel de la personalidad. Dios ama a cada individuo como hijo individual. Sin embargo Dios así ama a todos los individuos; no tiene preferidos. El amor del Padre individualiza absolutamente cada personalidad como un hijo único del Padre Universal, un hijo sin duplicado en el infinito, una criatura volitiva irremplazable en toda la eternidad. El amor del Padre glorifica a cada hijo de Dios, iluminando a cada miembro de la familia celestial, perfilando agudamente la naturaleza única de cada ser personal, frente a los niveles impersonales que se hallan fuera del círculo fraterno del Padre de todos. El amor de Dios retrata vivamente el valor trascendente de cada criatura volitiva, inequívocamente revela el altísimo valor que el Padre Universal ha colocado sobre todos y cada uno de sus hijos, desde la más elevada personalidad creadora de estado paradisiaco, hasta la personalidad más inferior de dignidad volitiva entre las tribus de los hombres salvajes en los albores de las especies humanas, en algún mundo evolutivo del tiempo y el espacio.138"
Si Dios nos ama en forma totalmente individual, si en nuestro cuerpo humano, ni siquiera nuestras huellas digitales son iguales ¿por qué entonces nos empeñamos en que nuestra fe y nuestras creencias sean iguales? Dejemos en libertad a nuestra mente para que ella sea conducida donde nos lleve el espíritu divino que en nosotros mora, pues "la verdad no debe ser desechada porque el canal de su transmisión sea aparentemente humano.1733"
yolanda silva solano