El que haga tropezar a uno de estos pequeños, mejor le sería que se atase al cuello una piedra de molino y se arrojase al mar. Aseguraos de no despreciar ni a uno solo de estos pequeños.
Libro de Urantia. Pág.1761
Jesús amaba a los niños y muchas veces nos dijo que para entrar en el reino tenemos que asemejarnos a ellos, por lo mismo en esta cita es tan drástico y severo en cuanto al castigo que deben sufrir los que de cualquier forma, ofenden y escandalizan a un niño.
El mundo entero está remecido por lo que está saliendo a la luz, después de tantos años de silencio culpable, porque el que calla un daño hecho a un niño es tan culpable como el que lo ejecuta, pues con su silencio e indiferencia, está exponiendo a que otro pequeño sufra lo mismo y todo para guardar las apariencias de una iglesia que pretende ser pujante y libre de culpas.
Resulta casi incomprensible que alguién cree una orden religiosa, dirigida a formar a la juventud en las enseñanzas de Jesús, para luego hacer uso de ella para las peores abominaciones en contra de seres inocentes, sometiéndolos a la impúdica ley del silencio y sumisión, para así poder torturar psiquicamente y abusar sexualmente de niños y adolescentes.
Un pedófilo o un pederasta, siempre será reprochable a los ojos de Dios, pero muchos de ellos son enfermos o no conocen a Dios, pero bien sabemos que este no es el caso, porque los abusos y el silencio culpable ha nacido de quienes deberían ser portadores de las enseñanzas de Jesús, quien dijo que al que escandalizara a un pequeño más le valía no haber nacido.
Roguemos por los buenos sacerdotes, para que sean fuertes ante este escándalo de su madre la iglesia.
Pero con todo, estas noticias desvastadoras nos deben servir más que para juzgar a los otros, para meditar hasta que punto nosotros los adultos nos preocupamos por el bienestar físico y sobretodo psíquico de nuestros niños y de nuestra juventud. La formación sexual hecha en forma oportuna y adecuada es una contribución a la prevención de los abusos, el inculcarles a contar cuando alguién tenga el más mínimo contacto indebido con ellos, debe ser nuestra preocupación para atajar a tiempo la agresión.
Muchas veces, por falta de tiempo o comodidad, se nos olvida que el cuidado de los niños se nos ha encomendado de una manera muy especial, tanto que si no lo hacemos en esta tierra, lo tendremos que hacer en la otra vida pues "ningún mortal ascendente puede escapar a la experiencia de criar hijos, los propios o los ajenos."531
"Los niños reciben una impresión permanente de los adultos, el ejemplo es tremendamente influyente"1094 de allí nuestra gran responsabilidad de no escandalizar jamás la mente de un niño, porque deberemos dar cuenta de ello. Y no sólo se les escandaliza con actitudes tan reprochables como es el abuso sexual, sino que también se vulnera su moral, cuando nosotros no somos capaces de entregarles virtudes a través de nuestra conducta correcta y educativa. Tengamos claro que siempre, para lo bueno y también para lo malo, los adultos seremos el mejor referente para la niñez y la juventud.
yolanda silva solano.
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