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ELSA GLOVER: Alegorias para la Era de Acuario...La leña y los abrigos
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 15/04/2010 13:12

 

 

Alegorias para la Era de Acuario

Elsa M.Glover

Una alegoría es un conjunto de ideas sobre una materia familiar, material o concreta,

que ilustra por comparación con otra materia menos familiar, de índole abstracta o

espiritual. Las alegorías interesarán al hombre acuariano porque le ayudarán a poner en

actividad y desarrollar su propio razonamiento con el fin de obtener una mayor

comprensión de las realidades espirituales. Se presentan a continuación algunas

alegorías a la consideración del lector.

 

La leña y los abrigos

Existieron hace tiempo dos islas separadas por un océano. La isla del sur recibía el

nombre de País del Sur. Disfrutaba de un clima benigno y era la más habitada. La isla

del norte era llamada el País del Norte. Su clima resultaba verdaderamente frío y la

gente no iba a ella a menos que tuviera una buena razón. Y ciertamente existía una

buena razón para ir al País del Norte pues en él se encontraban piedras preciosas

imposibles de hallar en otros lugares.

Cuando la gente tenía que viajar del País del Sur

 al País del Norte, sacaba billetes de ida

y vuelta para el barco que los transportaba. En el billete figuraban tanto la fecha de

salida como la de regreso. Durante el viaje se les suministraban un abrigo grande y

pesado, un sombrero cálido y botas. Bebían vino durante la travesía, en la creencia de

que mantendría su sangre caliente en el País del Norte. Desgraciadamente, el vino les

hacía olvidar qué habían ido a buscar al País del Norte. Sucedía a veces que pasaban el

tiempo jugando los unos con los otros o recogiendo leña, con frecuencia mucha más de

la que necesitarían en toda su estancia allí. Al sugerirles que buscasen piedras preciosas

se reían y respondían “Las joyas no dan calor. ¿Para qué puede uno querer esas

pequeñas piedrecitas?”

El vino les hacía olvidar el aspecto que tenían sus compañeros antes de ponerse los

abrigos, sombreros y botas para el viaje y comenzaron a identificarlos por esas mismas

prendas que vestían. Cuando un compañero partía de regreso en un barco, a menudo

encontraban su abrigo en la playa y lloraban porque ya no jugaba con ellos ni les

ayudaba a recoger leña.

Finalmente les llegaba el momento de regresar e intentaban subir al barco toda la leña

que habían reunido. El capitán del barco nunca se lo permitía. Era un barco pequeño y

no tenían espacio para transportar a la vez las personas y la leña. Por añadidura, el

capitán sabía bien que no tenían necesidad de esa leña en el País del Sur, aunque hacía

tiempo que no intentaba discutir ese punto con los pasajeros y se limitaba a decirles que

iba contra la ley llevar ese tipo de equipaje en el barco.

Cuando esos pasajeros desorientados llegaban de vuelta al País del Sur y se disipaban

los efectos del vino, recordaban con amargura que partieron en busca de piedras

preciosas y no las habían traído consigo. De modo que empezaban a preparar un nuevo

viaje.

 

 
 
 



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