Prosperidad
Al vivir una vida con propósito prospero.
Los planes y las metas son maneras con las cuales enfoco mi atención para lograr lo que deseo. Quizás me sienta desilusionado cuando un plan no funciona de la manera que deseo o una meta parece inalcanzable. Entonces, confío en que todo el bien que anhelo fluirá hacia mí, aun de maneras que no planifiqué.
Mi propósito en la vida es ser las manos y los pies de Dios. Cuando tengo esto presente, vivo con gozo. Con mi atención enfocada en lo que tengo que hacer para servir a Dios, me doy cuenta de que la prosperidad que deseo ya es mía. Cuando me comprometo a hacer la voluntad divina, tengo todo el apoyo que necesito para vivir plenamente.
Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre. —Salmo 112:3