Disfrutar de prilegios sin abuso, contar con libertad sin libertinaje, poseer poder y no utilizarlo nunca para el propio engrandecimiento, son los requerimientos para una civiliación elevada.
Libro de Urantia. Pág.556
Es corriente el escuchar quejas justificadas contra la corrupción de los gobiernos y su aprovechamiento del poder para obtener ventajas personales, pero pocas veces nos hacemos una autocrítica tratando de ver la viga en nuestro propio ojo.
La cita de hoy nos muestra las condiciones básicas para todos los hijos de Dios. No nos prohibe nada, no condena a nadie, sólo nos entrega el discernimiento para establecer la diferencia entre el bien y el mal. No es malo contar con ciertos beneficios como pueden ser la cultura, el dinero, la educación...todos ellos son privilegios que nos ponen en un escalón más alto dentro de la sociedad, sin embargo no podemos usar de ellos en forma indiscriminada, porque nosotros no somos dueños de ninguno de ellos, pues se nos han dado en comodato, para que nosotros los multipliquemos en bien de todos nuestros semejantes, pues "no es posible recibir tanto y no dar nada.1584" porque "mucho se os dado, por tanto mucho se espera de vosotros.1824"
No podemos pasar por la vida quejándonos de lo que las autoridades eclasiásticas o civiles no hacen, sin ver primero que es lo que nosotros en forma personal también estamos dejando de hacer, pues los pecados de omisión tienen la misma gravedad que los que se ejecutan.
La libertad, ese bien tan preciado y a la vez tan manoseado por un liberalismo exagerado debe ser celosamente guardada, para que no se convierta en libertinaje, pues "la libertad es una técnica autodestructora de la existencia, cuando su motivación no es inteligente, y es incondicionada, e incontrolada. La verdadera libertad está progresivamente relacionada con la realidad y es por siempre respetuosa de la equidad social, la justicia cósmica, la fraternidad universal, y las obligaciones divinas. La verdadera libertad es socia del genuino autorespeto; la falsa libertad es cónyuge de la autoadmiración. La verdadera libertad es el fruto del autocontrol, en cambio la falsa libertad es la suposición de la autoafirmación. El autocontrol lleva al servicio altruista, la autoadmiración tiende a la explotación de los demás para el engrandecimiento egoísta del individuo errado que está dispuesto a sacrificar el logro recto, para tener poderío injusto sobre sus semejantes.614"
El poder es la herramienta más difícil de ser usada en forma recta, porque desgraciadamente el poder suele corromper, no sólo a los políticos sino a todos los hombres en general. Cuantos maetros espirituales, con el correr del tiempo y tentados por el poder, han olvidado las verdades de las enseñanzas, al querer dominar a sus adeptos y aprovecharse espiritual y materialmente de ellos, olvidando que "los fuertes no deben mirar con desprecio a los más débiles.
Pero tratando siempre de ver la viga en nuestro ojo más que la paja en el ajeno, pensemos ¿cuantas veces debido a nuestra superioridad innegable de conocimientos nos hemos sentido superiores y hemos mirado en menos a quienes no piensan como nosotros o saben menos? Nuestra espiritualidad ¿es regida por nuestro ego orgulloso, o por nuestro espíritu humilde que sabe que "si hay una virtud en nosotros es porque la manifestación del cielo permanece con nosotros? 1453"
Una civilización elevada es la suma de sus componentes, porque "en una civilización, mucho depende de un espíritu de empresa entusiasta y eficaz. Diez hombres valen muy poco más que uno sólo para levantar una gran carga, a menos que la levanten todos juntos y al mismo tiempo.911"
Aprendamos a disfrutar sanamente de todo lo que la vida generosamente nos regala, pero teniendo siempre en cuenta que el justo medio es la medida.
yolanda silva solano