Vuestros logros actuales no son tan importantes como el hecho de que la dirección de vuestro progreso es hacia Dios. Aquello en lo que os estáis convirtiendo, día tras día, tiene infinitamente más importancia que lo que sois hoy.
Libro de Urantia. Pág.1777
Esta cita viene a complementar lo que hace muy pocos días comentábamos, en cuanto a que le debemos dar tiempo a nuestra evolución espiritual, porque la comenzamos en este mundo material y algún día la terminaremos en lugares paridiásacos, por eso lo más importante es que nuestro deseo interno y profundo sea llegar a través del tiempo y el espacio a la meta pedida por nuestro Padre, que es el asemejarnos a El.
Lo que hacemos hoy, en nuestra vida diaria y común, puede parecernos sin ninguna importancia, sin embargo si a eso le damos el sentido profundo de una espiritualidad consciente, se convertirá en nuestro pasaporte para la eternidad porque "la religión es la experiencia de la divinidad en la conciencia del ser moral de origen evolucionario, representa la verdadera experiencia con las realidades eternas en el tiempo, la realización de las satisfacciones espirituales aún en la carne. Porque ella no es un sistema de creencia filosófica que se pueda razonar y sustanciar mediante pruebas naturales, tampoco es una experiencia fantástica y mística de sentimientos indescriptibles de éxtasis, que tan sólo puedan disfrutar los devotos románticos del misticismo. La religión no es el producto de la razón, pero vista desde adentro, es totalmente razonable. La religión no se deriva de la lógica de la filosofía humana, pero como experiencia mortal es totalmente lógica.1105"
"La religión vive y prospera, entonces no por la vista y el sentimiento, sino más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste, no en el descubrimiento de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única, sino más bien en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los hechos ya bien conocidos por la humanidad. La experiencia religiosa más elevada no depende de actos previos de creencia, tradición y autoridad; tampoco es la religión el vástago de sentimientos sublimes y emociones puramente místicas. Más bien es una experiencia profundamente honda y real de comunión espiritual con las influencias espirituales residentes en la mente humana, y en cuanto dicha experiencia se pueda definir en términos de psicología, es simplemente la experiencia de experimentar la realidad de creer en Dios como la realidad de tal experiencia puramente personal. 1105
Me impresiona como Jesús no se cansa de insistirnos en que nuestra relación con el Padre, no debe ser generalizada sino por el contrario es preciso personalizarla, porque cada hombre es diferente a los demás, por tanto no podemos ni debemos intentar moldear a nuestros hermanos según nuestras creencias, de la misma manera que "no debéis atacar las viejas costumbres, más bien habéis de mezclar habilmente la levadura de la nueva verdad, en la masa de las antiguas creencias. Dejad que el Espíritu de la Verdad realice su obra. No luchéis con los hombres, ni siquiera con los incrédulos.1932"
Lo que nosotros nos esforcemos en ser cada día y lo que en ellos sembremos, lo debemos hacer en plena armonía porque el éxito de lo que podamos hacer, no depende tanto de la magnitud de ello, sino de las intenciones que nos lleven a realizar nuestras labores, pues "la única seguridad que tienes de un Dios personal consiste en tu propio discernimiento en cuanto a tu creencia en las cosas espirituales y experiencia con ellas. Para todos aquellos de tus semejantes que hayan tenido una experiencia similar, no es necesario ningún argumento sobre la personalidad o la realidad de Dios, mientras que para todos los demás hombres que no están seguros de Dios de esta manera, no hay argumento posible que pueda ser jamás realmente convincente. 1105"por tanto no es necesario demostrar que hemos encontrado en Dios a nuestro Padre, porque nuestros actos hablaran por nosotros.
No está en nosotros el convencer a los incrédulos, pero lo que sí podemos hacer es mostrarles al Dios que en nosotros vive por medio de nuestras acciones cotidianas, teniendo siempre en cuenta que "debemos aprender que aún la expresión de un pensamiento bueno, debe ser modulado de acuerdo con el estado intelectual y desarrollo espiritual del oyente.1961"
yolanda silva solano