Destruir un libro es uno de los mayores delitos. Es hacer desaparecer
todo lo que el autor recibió en herencia de sus antepasados y de los
antepasados de los demás, todo lo que aprendió de sus contemporáneos y
todo lo que él, con su propio esfuerzo, extrajo de sí mismo para
transmitirlo a las generaciones venideras... Sí. Es un delito muy grave. E
irreparable. Porque un libro es una porción de la inmortalidad de su autor y
destruir un libro es, nada menos, que matar la inmortalidad.
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