Conociendo al maestro
La segunda tarea del místico es someterse a un maestro.
Uno no llega a conocer de manera directa a Dios a menos que se haya sometido
a un mentor que sea como Dios.
Este mentor lo doblega a uno con autoridad, sabiduría, ternura y firmeza. Tu
siempre te probarás ante el maestro de alguna manera, y el maestro, ante ti.
El no es la puerta hacia Dios, es la llave.
Los místicos se cansan de preguntarse: ¿ Quienes son los maestros que
debo buscar? ¿ dónde se encuentran? ¿cómo los reconoceré? Aun los buscadores
de Alma grande y profundidad gastan sus energías tratando de planear su
encuentro con el maestro, intentando probarlos como vestimentas.
Mejor pregunta: "Cuando conozca al maestro, ¿estaré listo para someterme?"
Se necesitará humildad, pues de otra manera el maestro retendrá la llave de
las puertas de Dios.
El Mago
Extracto del libro Místico americano.
Michael Gurian
Bendiciones , Cisne