El momento divino
La cuarta tarea del místico es integrarse con las emociones. Para lograr esta tarea, uno debe experimentar una inmersión emocional, el colapso de las defensas emocionales. Lograr esta inmersión, esta derrota, esta unión con los sentimientos, demandará muchas décadas de práctica.
Cuando uno se convierte en un ser completo, en el aspecto sensual y emocional, descubre la libertad intrínseca a la vida dentro de cuerpo que trasciende sus defensas. A menudo, desde lugares invisibles, a uno le llega la ayuda. Como en todos los instantes de ruptura, los de la cuarta tarea están cargados de experiencia visionaria. Mientras se aprende dicha tarea, uno suele sentir que ha obtenido iluminación, que ha tenido un segundo nacimiento absoluto y que la expresión emocional es todo lo que alguien requiere para la plenitud de su vida. Uno no ha terminado las diez tareas, pero la vulnerabilidad emocional de la cuarta está tan impregnada de energía y electricidad, es tan apabullante el momento divino creado por la inmersión emocional, las corrientes de energía divina se sienten correr de una manera tan completa a través de tu ser, que ya se siente limpio de sensaciones y sentimientos y ya no es de extrañar que uno piense haber llegado a la tierra prometida fundamental. Esta ilusión, también es parte del camino.
El Mago
Extracto del libro Místico americano
Michael Gurian