Cuando uno de los miembros de la pareja deja de amar y decide alejarse, hay una persona que siente
un gran dolor, y que siente el peso de la pérdida de una manera diferente. Esta persona es la que
sigue amando, la que no puede comprender o, que si bien comprende lo que sucede, no lo
entiende o se niega a entenderlo. De pronto debe asumir su vida, su pena, y elaborar el duelo.
Es ahí cuando empezamos a comprender que a veces no podemos tener todo lo que queremos,
y que la vida, o el mundo no era como lo imaginamos.
Soñamos con una vida en pareja, siempre sintiéndonos amados y amando, en terminar nuestra
vida al lado de la persona amada, y así de sueño en sueño, un día nos despertamos ante esa realidad:
Ya no nos aman, y nos llenamos de preguntas sin respuestas: ¿por qué? ¿cuándo?
Amar implica correr ese riesgo, y cuando se ama de verdad se sufre. Ante la pérdida debemos
tratar de elaborar el duelo, y poco a poco lograr separarnos de lo que ya no está. Si no aprendemos a
soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados, pegados
a esos sueños, a esas fantasías, a esas ilusiones; el dolor crecerá sin parar y día a día nuestra
tristeza, y nuestro sufrimiento serán los compañeros de ruta, de una ruta hacia la depresión,
la falta de incentivo, y la falta de vida.
Cuesta soltar aquello que amamos, duele sentir que ya no somos amados, pero en ese dolor
estamos creciendo y madurando y si aprendemos a soltar estamos dejando atrás una parte de
nuestra historia y empezamos a abrirnos a lo diferente, a lo desconocido. Dejar ir es la clave,
no es fácil, no es simple, y duele. Pero la vivencia normal de una pérdida tiene que ver justamente
con animarse a vivir los duelos, con permitirse padecer el dolor como parte del camino. Y
digo dolor y no el sufrimiento, porque sufrir es resignarse a quedarse amorosamente apegado a la pena.
"Quiero poder abrir la mano y soltar lo que hoy ya no está, lo que hoy ya no sirve, lo que hoy
no es para mí, lo que hoy no me pertenece. No quiero retenerte, no quiero que te quedes
conmigo porque yo no te dejo ir. No quiero que hagas nada para quedarte más allá de lo que
quieras. Mientras yo deje la puerta abierta voy a saber que estás acá porque te quieres
quedar, porque si te quisieras ir, ya te habrías ido"...
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