¡QUE ME PUEDE IMPORTAR DE TI LO EXTERNO!
¡Que me puede importar de ti lo externo,
que inexorablemente se marchita…,
si solo veo ese fulgor eterno
de la dulce Presencia que te habita!
¡Que me puede importar si eres anciana…,
o si eres hombre…o si eres jovencita…,
…si en ti contemplo a un alma soberana
que por la Tierra, como yo, transita…!
¡Que me puede importar si es que tus formas
lucen esbeltas…o acaso rellenitas…;
… si tu rostro no sale de la norma…,
…o si te adorna una cara bonita!
Los envases apenas son cortezas
que el tiempo lentamente fagocita…:
¡me importa únicamente esa belleza
de un corazón sagrado que palpita!
¡Que me puede importar si eres letrado,
y salpicas tu diálogo con citas…,
o si apenas manejas un puñado
de pobres oraciones mal escritas!
¡Me importa si es que tienes compasión…,
si la ternura en ti se deposita…,
y si es que puedes -con tu aceptación-,
hacer que sea la vida más bendita!
¡Que me puede importar si tu riqueza
te permite vivir cual sibarita…,
o si acaso en tu digna pobreza
el confort rara vez te visita!
¡Es tu energía la que me conmueve…,
y el amor que sobre mi se precipita,
cada vez que en ti se pone de relieve
la vibración más alta que te habita!
¡Que me puede importar a Quién le rezas…,
o qué Libro Sagrado necesitas…,
si en cada rezo tu también expresas
mi misma sed de cosas infinitas…!
No te miro con los ojos de la mente,
que todo lo prejuzga en su cajita…:
te miro con el alma únicamente…
¡y contemplo la luz más exquisita!
Y ante esa luz dorada que me invita
a reflejarme en su fulgor eterno,
una vez más mi corazón musita:
¡que me puede importar de ti lo externo…!
Jorge Oyhanarte