Dijo el Supremo Hacedor: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza". Las cualidades más perfectas de la Divinidad hemos de copiarlas en nosotros mismos.
Pero como estamos al final del ciclo y urge terminar la tarea, vuestros hermanos mayores conocen la necesidad de apresurar vuestro perfeccionamiento y buscan los medios de conseguirlo.
En la meditación de la noche, antes de dormir, durante un cuarto de hora, analizar y examinar detenidamente los actos del día que acaba de transcurrir. Que el último pensamiento sea el de pedir luz para conoceros a vosotros mismos.
No podéis saber, ni medir, qué método más eficaz es éste para descubrir uno sus propias deficiencias, porque el alma se exterioriza en cada palabra, en cada acto que realizamos.
El alma, si es sincera ante Dios y consigo misma, descubre de inmediato todas las acciones y pensamientos que no están de acuerdo con las condiciones de pureza y santidad que requiere la construcción de una bóveda psíquica que se quiera formar.
Figuraos que los Cirios de la Piedad, con todo su amor, tienden desde los cielos infinitos sus redes tejidas de amor, de fe, de consagración a la Divinidad, unidos a sus hermanos, a los cuales quieren cobijar bajo esa bóveda psíquica protectora y benéfica.
Pues bien, ¿cómo ha de responder la criatura humana?
Pues ha de ser con su voluntad de purificarse y de ser cada día más semejante a la Divinidad en todos sus actos.
Este trabajo es el que debéis realizar si queréis poneros a tono con los ángeles de Dios, en el esfuerzo conjunto de amor y de fe que casi fuerzan a la Divinidad a volcarse sobre ese puñado de seres que así le atraen y le llaman.
La Divina energía se desvive por darse, sin encontrar a veces un rincón de la tierra donde volcar la grandeza de su amor, de su poder infinito y de su divina bondad.
Pues bien, ensayando el apostolado de la oración y el examen de las obras de cada día, el alma encarnada puede obtener ese grado de purificación que la haga dueña del poder de transmitir la salud a los enfermos incurables, resolver graves problemas individuales o colectivos y evitar espantosos crímenes.
El Divino Maestro decía a los suyos: "Si vosotros tenéis en vuestro corazón tanto amor como hay en el mío, podréis realizar vosotros las mismas obras que Yo realizo".
Tened fe y confianza en el método que os anuncio, ensayadlo cada noche y veréis cómo, día por día, va mejorando vuestro mundo interno y adquiriendo nuevas aptitudes y capacidades. Al final, encontraréis vuestra alma tan diáfana, tan liviana, tan plena de voluntad y energía que os será fácil perfeccionar el lienzo que queréis esbozar, la estatua que tratáis de pulir, en forma que responda a los anhelos y a la imagen que os forjáis de esa perfección divina a la cual queréis llegar.
Que mis palabras os sirvan de aliento y estímulo para iniciar la gran tarea que os lleve a la culminación de vuestra obra. Toda alma encuentra cuanto ha deseado en la unión perfecta con la Divinidad.
Que nuestro Maestro os ilumine y os aliente con el poder supremo del Amor Eterno, en este apostolado de la oración y examen de vuestra vida interna para llegar al perfeccionamiento de vuestra psiquis, cautiva en vuestro interior.
Hasta siempre.
JRLA