Permito que mi espíritu se remonte en unidad con Dios.
Cuando una situación parece no tener solución, tal vez sea porque la estoy viendo desde el punto de vista humano. Mas tengo el poder innato de ver cualquier circunstancia desde una perspectiva espiritual al dirigirme a Dios en oración.
Si sólo estoy viendo problemas y no soluciones —enfermedad y no salud, escasez y no abundancia— recuerdo descansar en el silencio y restablecer mi unidad con Dios. Al afirmar sabiduría, salud y abundancia, comienzo a ver las cosas de manera diferente. En unidad con la posibilidad infinita, sobrepaso las alturas de la conciencia humana. Al estar en unidad con Dios en todo lo que pienso, digo y hago, permito que mi espíritu se remonte. |