Jesús no hacía uso de la lisonja, los trataba a todos con igual dulzura, era invariablemente tierno y compasivo. Aunque no vacilaba en reprochar lo inadecuado, a la vez hacía sentir que los amaba a todos.
Libro de Urantia.Pág.1785
Las palabras dulzura, ternura, compasión cada vez se usan menos, pareciera que ellas hubiesen perdido su verdadero significado y que ahora se les asociara más bien con la debilidad. Hay un cierto temor a demostrar estos sentimientos, las mujeres por temor a ser heridas y no correspondidas y en el sexo masculino por el miedo a ser considerados poco hombres.
"Es un grave error enseñar a los niños varones y a los jóvenes que no es varonil mostrar ternura y dar rienda suelta a las emociones o quejarse de los sufrimientos físicos. La sensibilidad es un atributo valioso tanto en el hombre como en la mujer. No hace falta ser duro para ser varonil"1575
La dulzura y la ternura son actitudes afectivas que nacen de un corazón sensible, que habla a través de los gestos simples, y que no necesariamente se manfiestan en forma externa. Son expresiones sin aspavientos, no buscan recompensa alguna porque al igual que el amor, llevan en sí mismas su propia plenitud, porque "tener sensibilidad es saber responder a las necesidades de nuestros semejantes, y genera una felicidad genuina y duradera, porque estas actitudes cordiales producen armonía 1575 en nosotros y en los que nos rodean.
Así como la belleza recrea la visión, la dulzura crea lazos de unión entre las almas, porque produce la sensación de que alguien nos cuida, nos proteje y en un abrazo da la seguridad, la confianza y el apoyo que necesita todo ser humano, por fuerte que aparente ser. La dulzura es decir en forma tácita: cuenta conmigo, que hace sentir bien a cualquiera.
Un reproche dado con ternura, tiene muchísima más eficacia que una desaprobación con un grito, porque el primero abre el corazón del acusado y le brinda la oportunidad de ver y comprender su error, en cambio el grito sólo suena a castigo y produce miedo y rechazo. Nunca olvidaré cuando le pregunté a un niño que sentía cuando su padre lo gritaba y me contestó: es igual como si me pegara...
En cuanto a la compasión debemos tener cuidado de no confundirla con la lástima, porque la bondad siempre obliga al respeto y ella es eficaz sólo cuando se prodiga con cariño y comprensión, como lo hacía Jesús quien "pocas veces cedía a la piedad. Su compasión era ilimitada y su comprensión era práctica, personal y constructiva. Su familiaridad con el sufrimiento no dio nunca cabida a la indiferencia, él podía ayudar a las almas afligidas, sin acrecentar en ellas la compasión por sí mismas. Jesús podía ayudar tanto a los demás, porque los amaba verdaderamente y era un observador interesado y agudo. Era experto en la compresión de las necesidades y sagaz en detectar los anhelos de los seres humanos.1874"
Esforcémosnos por imitar a Jesús en nuestra vida cotidiana y "cuando los sentimientos del servicio para con vuestros hermanos surjan de vuestra alma, no los ahoguéis, cuando las emociones del amor por vuestro prójimo desborden en vuestro corazón, expresad estos impulsos de afecto en forma inteligente y delicada ante las necesidades auténticas de vuestros semejantes.1745
yolanda silva solano