El individuo que más tarde encarnó bajo el nombre de Cristián
Rosenckreuz ya estaba en una encarnación muy elevada cuando nació
Jesús de Nazareth, y está encarnado actualmente. Su testimonio, así
como el resultado de las investigaciones directas de otros rosacruces,
concuerdan en que el nacimiento de Jesús de Nazareth tuvo lugar al
principio de la Era Cristiana, en la fecha que se atribuye generalmente.
Jesús fue educado por los Esenios y alcanzó un elevado grado de
desarrollo espiritual durante los treinta años en que usó su cuerpo.
Podemos decir aquí, como paréntesis, que los Esenios eran una secta
que existía en Palestina, además de las dos mencionadas en el Nuevo
Testamento: Los Fariseos y los Saduceos. Los Esenios eran una orden
extremadamente devota, muy diferente de los materialistas Saduceos y
completamente opuesta a los hipócritas y vanidosos Fariseos.
Evitaban toda mención de sí mismos, así como de sus métodos de
estudio y de adoración. A esta última particularidad se debe el que
nada se sepa de ellos y de que no estén mencionados en el Nuevo
Testamento.
Es una ley del Cosmos el que ningún Ser, por elevado que sea, pueda
funcionar en cualquier mundo sin tener un vehículo construido con el
material de ese mundo. (véase los diagramas 8 y 14) Por lo tanto, el
cuerpo de deseos era el vehículo inferior del grupo de espíritus que
habían alcanzado el estado humano en el Período Solar.
Cristo era uno de esos espíritus y era, por consiguiente, incapaz de
construir para Sí Mismo un cuerpo vital y un cuerpo denso. Podía
haber trabajado sobre la humanidad con un cuerpo de deseos, como lo
hicieron sus hermanos más jóvenes, los Arcángeles, como Espíritus de
Raza. Jehová les había abierto el camino para entrar en el cuerpo
denso por medio del aire que el hombre inhalaba. Todas las religiones
de las razas fueron religiones de ley y creadoras del pecado por la
desobediencia a esa ley. Estaban bajo la dirección de Jehová, cuyo
vehículo inferior es el Espíritu Humano, que lo correlaciona al Mundo
del Pensamiento Abstracto, donde todo es separatista y, por lo tanto,
conducente al beneficio propio.
Esta fue, precisamente, la razón que hizo necesaria la intervención de
Cristo. Bajo el régimen de Jehová la unidad era imposible. Por lo
tanto, el Cristo que poseía como vehículo inferior el unificante espíritu
de vida, debía entrar en un cuerpo humano denso. Debía aparecer
como un hombre entre los hombres y entrar en ese cuerpo, porque
únicamente desde adentro es posible conquistar la Religión de Raza,
que influye en el hombre desde afuera.
Cristo no podía nacer en un cuerpo denso, porque nunca había pasado
por una evolución semejante el Período Terrestre, y por lo tanto, tenía
que adquirir primero la capacidad de construir un cuerpo denso como
el nuestro. Pero aunque hubiera poseído esa capacidad hubiera sido
inconveniente que un ser tan elevado empleara con ese propósito la
energía necesaria para construir el cuerpo durante la vida antenatal,
infancia y juventud, hasta llevarlo a la madurez necesaria para su uso.
Él había cesado de usar ordinariamente vehículos tales como el
espíritu humano, cuerpo mental y cuerpo de deseos, aunque había
aprendido a construirlos en el Período Solar y retuviera la capacidad
de construirlos y funcionar en ellos cuando quiera que fuese
requerido. Él usó todos sus vehículos propios, tomando únicamente el
cuerpo vital y denso de Jesús. Cuando el último tenía treinta años de
edad, Cristo entró en esos cuerpos y los empleó hasta el final de Su
Misión en el Gólgota. Después de la destrucción del cuerpo denso,
Cristo apareció entre sus discípulos en el cuerpo vital, en el que
funcionó aún durante algún tiempo. El cuerpo vital es el vehículo que
Él empleará cuando aparezca nuevamente, porque nunca tomará otro
cuerpo denso.
Con esto se relaciona un asunto del que hablaremos más tarde, el que
el objeto de todo ejercitamiento esotérico es el trabajar sobre el cuerpo
vital para construir así el espíritu de vida y acelerar su desarrollo.
Cuando tratemos de la Iniciación nos será posible dar algunos detalles
más; pero no podemos decir nada más sobre el asunto ahora. Al relatar
los sucesos incidentales a la existencia post-mortem, se trató
parcialmente este punto, y rogamos al estudiante tenga en cuenta que
se supone que el hombre ha conquistado ya en gran extensión su
cuerpo de deseos antes de entrar en el esoterismo. Su ejercitamiento
esotérico y las primeras iniciaciones están destinados a trabajar con el
cuerpo vital, cuyo resultado es la organización del espíritu de vida.
Cuando Cristo penetró en el cuerpo de Jesús, éste era un discípulo de
grado elevado, y, por consiguiente, su espíritu de vida estaba bien
organizado. Por lo tanto, el vehículo inferior en el que funcionó Cristo
y el vehículo mejor organizado de los vehículos superiores de Jesús,
eran idénticos; y Cristo, cuando tomó el cuerpo vital y el denso de
Jesús, se encontró con una cadena completa de vehículos desde el
Mundo del Espíritu de Vida hasta el Mundo Físico.
El significado de que Jesús pasara varias iniciaciones es debido al
efecto que estas tienen sobre el cuerpo vital. Jesús ya había alcanzado
las más elevadas vibraciones del Espíritu de Vida. El cuerpo vital de
un hombre ordinario se habría paralizado instantáneamente bajo las
terribles vibraciones del Gran Espíritu que entró en el cuerpo de Jesús.
Aún ese cuerpo, purísimo y extrasensible como era, no podía soportar
del todo los tremendos impactos durante muchos años, y cuando
leemos que ciertas veces se separó Cristo de sus discípulos, o cuando
caminó sobre el mar para ir en busca de ellos, el esoterista sabe que
Cristo había abandonado momentáneamente los vehículos de Jesús
para darles un descanso, dejándolos al cuidado de los Hermanos
Esenios, que sabían mejor que Cristo como había que tratar tales
vehículos.
Este cambio fue consumado con el pleno y libre consentimiento de
Jesús, quien supo durante esa encarnación entera que estaba
preparando un vehículo para Cristo. Y se sometió alegremente para
que la humanidad pudiera recibir el gigantesco ímpetu que se le daría
en su desenvolvimiento por el misterioso sacrificio del Gólgota.
De esta manera (como se ve en el diagrama 14), Cristo Jesús poseía
los doce vehículos que forman una ininterrumpida cadena desde el
Mundo Físico hasta el mismo Trono de Dios. Por lo pronto, Él es el
único ser del Universo que está en contacto a la vez con Dios y con el
hombre, capaz de mediar entre ellos, porque Él ha experimentado ,
personal e individualmente, todas las condiciones y conoce todas las
limitaciones incidentales a la existencia física.
Cristo es único entre todos los Seres en los Siete Mundos. Únicamente
Él posee los doce vehículos. Nadie , salvo Él, es capaz de sentir tal
compasión ni comprender tan ampliamente la situación y las
necesidades de la humanidad; nadie, salvo Él, está calificado para
traer el remedio que satisfaga todas nuestras necesidades.
Así, pues, ya conocemos la naturaleza de Cristo. Él es el Iniciado más
elevado del Período Solar, que tomó los cuerpos vital y denso de Jesús
para poder funcionar directamente en el Mundo Físico y aparecer
como un hombre entre los hombres. Si hubiera aparecido de una
manera milagrosa hubiera sido contrario al plan evolutivo, porque al
final de la Época Atlante la humanidad obtuvo la libertad de obrar
bien o mal. Para que aprendiera a dominarse a sí misma no podía
emplearse coerción alguna. Antes de entonces la humanidad había
sido conducida voluntariamente o no; pero después se les dio a los
hombres la libertad, bajo las diferentes Religiones de Raza, estando
cada religión adaptada a las necesidades de su Tribu o Nación
particular.
M.H.