Un violín es la voz de una fuente con viento a la que brizan ásperos y dulcísimos soplos. Lo sabe quien lo pulsa, y flotan sus cabellos como yerba que sube por el tronco de un árbol, mientras la mano empuja hacia el cielo las cuerdas y la otra recorre con el arco un zodíaco.
Carmen Conde Abellán
La Belleza
Yo oprimo sus manos; yo la estrecho contra mi corazón. Yo intento enlazar con mis brazos su perfume, beber su sonrisa con mis besos, beber también su mirada con mis ojos. Mas, ay, nada queda en mis 'brazos, en mis labios, en mis 0jOS. ¿Pudo alguien tocar el azul del cielo? Yo me empino hacia la belleza y corro .tras ella; mas la belleza se me escapa y sólo me deja su apariencia entre las manos. Nostálgico y cansado vuelvo a este juego di- vino. ¿Cómo podrían las manos de mi cuerpo, coger la flor que sólo el alma puede rozar?