Yo os advierto que no temáis a nadie, ni en el cielo ni en la tierra, sino que os regocijéis con el conocimiento de Aquél que tiene el poder de liberaros de toda injusticia.
Libro de Urantia. Pág.1820
Jesús en numerosas ocasiones nos pide que no tengamos miedo y en esta ocasión nos aclara que no debemos tener miedo ni aquí en la tierra, ni tampoco en el cielo. ¡Qué diferente al mensaje del Antiguo Testamento en donde se nos inculcaba el miedo al castigo eterno, en un infierno con penalidades horribles. Si bien ahora poco o nada se habla del infierno, los mensajes de muchos de los llamados "contactados" van en la misma dirección, convertir a través del miedo, nos amenazan que si no nos arrepentimos tendremos 3 días de total oscuridad y no se cuantas cosas más...
Si seguimos las enseñanzas de Jesús, debemos rechazar de plano todo mensaje que apele a nuestro temor, porque no es esa la Buena Nueva que Jesús ha venido a traernos, él nos dice: "no es el temor a una religión muerta lo que os salvará, sino más bien vuestra fe en una experiencia viviente de las realidades espirituales del reino. No os dejéis enceguecer por el prejuicio ni paralizar por el miedo. Tampoco permitáis que la reverencia por las tradiciones pervierta tanto vuestra comprensión, que vuestros ojos no vean y vuestros oídos no oigan. No es propósito de la religión verdadera simplemente traer paz, sino más bien, asegurar el progreso. No puede haber paz en el corazón, ni progreso en la mente, a menos que os enamoréis de todo corazón de la verdad, de los ideales de las realidades eternas. Los asuntos de la vida y de la muerte se exponen ante vosotros y los placeres pecaminosos del tiempo, contra las realidades justas de la eternidad. Aun ahora, deberíais comenzar a liberaros de la esclavitud del temor y de la duda al entrar a vivir una nueva vida de fe y esperanza.1741"
El miedo es un sentimiento paralizante, nubla completamente la razón e incluso a nivel físico produce sudoración extrema, aumento de la tensión muscular y en casos extremos la pérdida de control de los esfínteres... Cuando el miedo asalta, las reacciones físicas son evidentes, porque son el resultado de los cambios químicos que se producen en nuestro organismo aterrado. Pero el remedio al miedo, no es ocultarlo ni negarlo, sino por el contrario, es preciso esnfrentarlo, buscar las causas que nos lo producen para poder vencerlo, a sabiendas que no estamos solos y que junto a nosotros está esa partícula de Dios que mora en nosotros y que siempre está dispuesto a ayudarnos a salir de nuestros problemas.
"El hombre considera los sucesos naturales como accidentes o mala suerte sólo cuando carece de curiosidad e imaginación, cuando la raza no tiene iniciativa ni sentido de la aventura. La exploración de los fenómenos de la vida más tarde o más temprano destruye la creencia del hombre en el azar, la suerte y los así llamados accidentes, sustituyéndola por un universo de ley y orden, en el que los efectos son precedidos por causas definidas. Así pues, el temor a la existencia es reemplazado por la felicidad del vivir. 952"
El no anticiparnos a los acontecimientos y "poner nuestro mañana totalmente en las manos de Dios.1436" ayuda mucho a manejar nuestros temores y miedos ocultos, debemos recordar lo que Jesús dijo: "No estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribules por los problemas de tu existencia terrestre y en todas estas cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en el cielo y él te consolará.1640
Cada vez que nos sintamos atemorizados recordemos las palabras de Sta. Teresa: que nada te turbe, que nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta.
yolanda silva solano
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