alguien, suavemente y con angustia, le dijo:
Maestro, ábreme el Entendimiento sobre
"mi mismo", y ábrele las alas
al horizonte de mi Esencia para que
yo pueda acompañarte.
Y El así le respondió:
¡Cuantas veces el viento mueve las
cañas en las orillas de los lagos,
para que al chocar unas con otras,
se sientan y sepan qué son!
¡Cuántas veces el agua va espiritualizando
a las piedras que se
oponen a su paso, hasta hacer de ellas
bellos guijarros de suave tacto!
Así te digo, que la misma vida te irá
poniendo en aquellos sitios
donde puedas pulir tu ser
y abrillantar tu Esencia.
Mira como nace el fruto del árbol
y como nace el pajarillo en el nido
y como se hace una flor. Mira con
cuanto mimo y con cuanta dulzura se
dibujan los ríos y se crean los valles
y se modelan las montañas.
Mas también debes saber que antes
de remontar el primer vuelo te
caerás muchas veces. Antes de
sintonizar los latidos de tus
sentimientos odiarás muchas veces.
Antes de llegar al Conocimiento
tendrás muchos conocimientos que
después irás abandonando en el
camino, porque sólo serán un peso
y no un alivio en tu caminar .
Nunca pienses que el horizonte que ves
al ocultarse el sol, es el
Horizonte, porque sólo tendrías que
caminar hasta él para ver que hay
otros horizontes.
No te hagas pequeño quedándote en
lo pequeño. Sé amplio como es la
montaña. Mira como en la lejanía todo
se diluye en ella, pero al
acercarte verás que dentro de ella hay
otras muchas montañas, cada
una con sus caminos y sus valles.
Cuando se presenten ante ti la Comodidad
y el Sufrimiento, yo te
diría: escoge el Sufrimiento, porque
El te llevará por caminos
escarpados y llenos de piedras,
por desfiladeros y barrancas, por
zarzas y espinas, pero pronto vislumbrarás
la cima de la Montaña de
la Luz.
La Comodidad te arrastrará por valles
y caminos dulces, donde
fácilmente podrás descansar, pero
¡cuán lejos se te hará la cima de
la Montaña de la Luz!. Quizás,
hasta la olvides.
Debes saber que mientras menos haces,
menos quieres hacer, y mientras
menos te impones menos deseos tienes
de imponerte. Así se hacen los
árboles piedras, y los caminos
regresan a ser campos y las
civilizaciones se vuelven desiertos.
Así las voces se hacen ecos, la
entrega a los demás rutina, y la vida sueño.
Sé como los torrentes, que al resbalar
por las laderas de las
montañas sólo tienen una meta:
regresar al mar. Ellos fueron antes el
espíritu del mar hecho nube,
que resbaló por entre los dedos del
viento para caer sobre las montañas.
Tú también eres una gota del Espíritu de la Luz,
que materializada al
tocar esta existencia, caes con
muchas otras gotas de Espíritu, para
después rodar por las laderas de la vida
para unidas hacer un
torrente que regrese al Mar de la Luz.
Mira bien a cuántos valles y a
cuántos campos darás vida al tocarlos
y hacerte "ellos mismos".
¡Y cuántas veces te evaporarás para
volver a condensarte sobre la
hoja de un capulín, o sobre una flor,
sobre una espina de maguey o
quizá sobre el mismo camino!
He subido a tu cabeza, he visto tus
pensamientos, y me he sentado en
tu corazón para beber tus sentimientos.
Me he sentado en tu soledad y
he caminado acompañando tu búsqueda.
Aunque tu cuerpo es joven, eres
viejo sobre la Tierra. Ven y bebe,
porque puedes apurar hasta la
última gota de la Sabiduría que te ofrezco.