Cuando véais que el hombre está a salvo y seguro en el Reino, recién en ese momento y cuando el acuda a ti con sus preguntas, impartéle la instrucción relacionada con el avance progresivo del alma dentro del reino.
Libro de Urantia. Pág.1592
¡Cómo conocía Jesús el alma humana! sabía que en general los hombres no reaccionan a las presiones y que lo que aprenden por obligación queda en su intelecto, pero no tiene ninguna repercusión en su personalidad ni en su vida cotidiana. Por eso nos advertía que "no os preocupéis si no conseguís captar el pleno significado del evangelio. Vosotros no sois sino finitos, hombres mortales, y lo que yo os he enseñado es infinito, divino y eterno. Sed pacientes y valerosos porque ante vosotros se abren las eras eternas en las que continuaréis vuestro logro progresivo de la experiencia de volveros perfectos, así como vuestro Padre en el Paraíso es perfecto.1961
A Dios no le interesa el cuanto conocimiento tenemos, sino el como podemos emplear esos conocimientos, de manera que ellos produzcan los frutos del espíritu y ellos son bien simples de decir, pero nada fáciles de poner en práctica. Son: el amor, la alegría, la paz, la resignación, la dulzura, la bondad, la fe, la humildad y la templanza.381" En ellos no hay retórica, ni nada complicado de comprender...tampoco son mandamientos que debamos cumplir a riesgo de cometer pecado si no lo hacemos... Los frutos del espíritu aparecen en forma espontánea en la medida que la semilla de la enseñanza se manifiesta en nuestra vida, como una consecuencia de nuestro amor a nuestro Padre y a nuestros hermanos. Se manifiestan en la medida que vamos comprendiendo que conocer a Dios en nosotros y por nosotros mismos, es lo mejor que nos puede pasar.
"La rectitud es el fruto natural de la vida nacida del espíritu de la filiación en el reino. No seréis salvados porque viváis una vida recta, sino que viviréis una vida recta porque ya habéis sido salvados, habéis reconocido la filiación como un don de Dios y el servicio en el reino como el gozo supremo de la vida en la tierra. Cuando los hombres creen en este evangelio, que es una revelación de la bondad de Dios, serán conducidos al arrepentimiento voluntario de todo pecado conocido, porque la comprensión de la filiación es incompatible con el deseo de pecar. Los creyentes en el reino tienen sed de rectitud y hambre de perfección divina. 1683"
Pero es preciso dar el tiempo necesario para que esa sed de perfección vaya tomando su lugar en forma paulatina. Después de una charla, de la lectura de un libro o del conocimiento de algo extraordinario, podemos tener destellos de mistícismo, pero ellos no necesariamente significan comprensión, porque suelen desaparecer con la misma prontitud que aparecen porque sin duda que "la excitación emocional no es el estímulo ideal para la espiritualidad. 1777 porque "existe un peligro asociado con la práctica habitual de los enseueños religiosos, pues el misticismo puede volverse una técnica para evitar la realidad .1099"
Estas enseñanzas las debemos poner en práctica para poder asumir descarnadamente nuestras realidades, para no recibir el reproche de Jesús cuando dijo: debéis prestad oído a mis palabras, para no cometer nuevamente el error de escuchar mi eneseñanza con la mente, mientras vuestro corazón no comprende el significado.2052"
Pero como lo que deseamos para nosotros, también lo tenemos que desear para nuestro prójimo, debemos aprender a darles el tiempo necesario para que cada uno de ellos, vaya encontrando la Verdad a su propio ritmo y comprensión, no les hablemos de las bellezas del templo antes de haberlos llevado a él. No los llenemos de conocimientos, sin antes haberles mostrado el Camino, póngamos las cartas sobre la mesa, pero dejemos que sean ellos quienes elijan por donde quieren comenzar su trabajo evolutivo. Al querer entregar la enseñanza, tengamos la misma empatía y el mismo tino, que Jesús tenía cuando hablaba en parábolas para que la gente pudiera comprender, "él no cometió el error de enseñarles más de lo necesario, ni precipitó su confusión presentándoles una verdad que rebasara su capacidad de comprensión.1535"hagamos nosotros lo mismo, pues no somos los dueños del reino, sólo somos sus embajadores.
yolanda silva solano