No lo olvides nunca: el Padre no limita la revelación de la verdad a una generación concreta ni a un pueblo determinado».
Libro de Urantia
Cuando uno lee estas recomendaciones de Jesús, no puede dejar de pensar como sería en la actualidad el mundo, si los creyentes del evangelio hubiesen sido fieles a estas enseñanzas. ¡Cuántas cruzadas, cuántas Inquisiciones, cuantas guerras mal llamadas santas y cuantos errores e injusticias se hubiesen evitado y se seguirían evitando.
Hasta el día de hoy, siguen las religiones arrogándose la primacía de su propia religión y los hombres siguen convirtiéndose en enemigos de los que no piensan igual, olvidando "que todas las religiones son buenas en cuanto llevan al hombre a Dios. Es un error para cualquier grupo religioso concebir que su credo sea la Verdad, esa actitud habla más de arrpgancia teológica que de certidumbre en la fe.1012"
Tener una mente abierta a la Verdad es la única y verdadera forma de acercarnos en forma volitiva a nuestro Padre, que por amor no dudó en enviarnos a su Hijo para que nos enseñara que él no tenía pueblos ni ciudadanos escogidos. "todo el que quiera puede vernir a Mí, no hay restricciones, ni calificaciones, salvo la fe del que viene.1567 porque "la verdad divina no se puede aprisionar en fórmulas credos, códigos o esquemas intelectuales de conducta humana, porque cuando lo intentas, la verdad divina muere rápidamente.1949 y es incapaz de producir los frutos del espíritu y repartirlos entre sus semejantes. Una religión que dice amar a Dios a quien no ve y descuida a sus hermanos a quienes si puede ver y servir, no es religión, es un rito y un auto engaño.
Jesús en otra ocasión se refirió a esta amplitud de criterio y dijo: "Todos los hombres son mis hermanos. Mi Padre celestial no menosprecia a ninguna de las criaturas de nuestra creación. El reino del cielo está abierto para todos los hombres y mujeres. Ningún hombre puede cerrar la puerta de la misericordia a un alma hambrienta que procura entrar. Nos sentaremos a comer con todos los que deseen oír sobre el reino. A los ojos de nuestro Padre que nos contempla desde lo alto, todos los hombres son iguales. No os negaréis pues a romper el pan con un fariseo o un pecador, un saduceo o un publicano, un romano o un judío, un rico o un pobre, un hombre libre o un esclavo. La puerta del reino está abierta de par en par para todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a Dios.1541"
No nos sintamos nunca superiores a nadie, porque Dios ve las intenciones de todos los hombres y nuestro deber es aprender de ellos y de lo bueno que sus religiones puedan aportarnos, porque la Verdad está en todas partes y a nosotros nos toca descubrirla y aprovecharla.
yolanda silva solano