Las palabras dejan huella, tienen poder
e influyen positiva o negativamente.
Las palabras curan o hieren, animan
o desmotivan, reconcilian o
enfrentan, iluminan o ensombrecen,
dan vida o dan muerte.
Con pocas palabras podemos alegrar
a alguien y con pocas palabras
podemos llevarlo al desaliento y desespero.
¡Ah, cuanta falta nos hacer tomar
conciencia del tremendo poder
las palabras!
Ellas moldean nuestra vida y
la de los demás.
Por eso mismo, los griegos decían
que la palabra era divina
y los filósofos elogiaban el silencio.
Piensa en esto y cuida tus pensamientos
porque ellos se convierten en palabras
y cuida tus palabras porque ellas
marcan tu destino.
Hay que comunicarse y cuando
el silencio es el mejor regalo para ti
y los que amas.
Eres sabio si sabes cuando hablar
y cuando callar.
Piensa muy bien antes de hablar,
cálmate cuanto estés airado y resentido
y habla solo cuando estas en paz y que
el viento nunca se las lleve.
Las palabras encierran una energía
creadora transformante...