Apreciado hermano en el camino:
Poco a poco el Aspirante va descubriéndose o, mejor, conociéndose, a si mismo, al conocer
sus pensamientos, buenos o malos, sus emociones y sus deseos; de forma lenta, pero
sin interrupción, las capas de su personalidad se le van mostrando con el propósito
de que pueda hacer las mejoras que considere oportunas en su carácter.
Todos los seres humanos creen saber, al menos en parte, cómo son, creen conocerse
a si mismos; pero lo que conocen es sólo la imagen que tratan de proyectar y que,
poco a poco, deberán ajustar a la realidad y cambiar de ella lo que proceda, a fin de
acercarla a la que, cómo aspirantes, saben o creen saber, que es la correcta.
Los cuerpos sutiles del aspirante están formados por materia del grado vibratorio
que en su evolución haya alcanzado, vibración que deberá esforzarse por transformar
y convertir en otra superior, realizando con ello el trabajo alquímico que,
como aspirante, le corresponde llevar a cabo .
Este sistema, y en distintos niveles, lo podemos aplicar a toda la vida del Universo
porque todos los seres que en él habitan se rigen por las mismas leyes. De
ese modo, el universo mejora el conocimiento de sí mismo y evoluciona
con el resto de seres que en él habitan.
La materia propia de cada uno de los planos de existencia tiene que evolucionar y,
en ese cometido, la han de ayudar las distintas entidades que, habiendo evolucionado
más allá de la conciencia elemental, están listas para colaborar en el plan divino,
entidades entre las cuales se encuentra el ser humano.
El hombre, pues, participa de la responsabilidad que supone la evolución de la materia
de los distintos planos a los que alcanza y en los que actúa, es decir: el ser humano
común en el físico, el astral y el mental, y el aspirante en otros superiores, a medida que
va despertando a ellos. Consecuentemente, el aspirante tendrá mayor responsabilidad
y llegará el día en que será consciente de ella. Ese día se iniciará un nuevo período en
su existencia: ya nada será igual, ya nunca más estará sólo, y su vida material estará
orientada al Servicio Desinteresado a los demás; haga lo que haga, en adelante,
tendrá un trasfondo espiritual y de servicio. Y se encontrará ya trabajando consciente
y profundamente en la construcción de su templo interno.
Con el tiempo descubrirá que ese templo no es otra cosa que su colaboración
en el plan del Creador, en el que su papel es ayudar a divinizar la
materia de todos los planos a los que él accede .
Que la luz sea contigo
Luzinterna.com
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