No podemos escapar de ellas. He aquí una lección valiosa que ha de emprenderse en todo sufrimiento y dificultad. Una vez aprendido, podemos avanzar de nuevo en nuestro viaje hacia el Reino de los Cielos que muchos creen que esta fuera de nosotros y lo llevamos dentro. De modo que en todo infortunio e infelicidad es un medio/una escuela de aprendizaje a través de la cual podemos llegar a ser más sabios, personas más iluminadas.

Es un proceso de purificación de la consciencia por la cual nuestras frecuencias vibratorias pueden elevarse cada vez más cerca de aquellas de la
Consciencia Universal. Entonces en nuestros momentos de turbulencia no renunciemos la valiosa tarea de estirarnos diariamente hacia nuestra FUENTE DE VIDA y SER, nuestro verdadero apoyo y pilar principal.”

“Lo que es más, conforme vayas elevando tu nivel de ‘frecuencias de consciencia’ encontrarás que estás fortalecido interiormente, en espíritu y en
fuerza vital – ocurre lo contrario cuando te ves atrapado en vibraciones de consciencia más bajas bien sea por un descenso personal hacia frecuencias de pensamiento más bajas o por estar emocionalmente atraído hacia ellas por la comunicación con una personalidad negativa o egocéntrica. Cuando ocurre esto, experimentarás una pérdida de energía. Esta pérdida de energía da lugar a un agotamiento de la energía física en las células de tu cuerpo.

Por lo tanto, al emprender deliberadamente el viaje espiritual, debes de visualizarte como un viajero subiéndose a un tren con un destino de tu
elección. Si al viajar saltas por la ventana al vislumbrar valles verdes o ciudades emocionantes que ofrecen placeres de alguna índole, y te vas a vagar por caminos y senderos que te llevan muy lejos del viaje que habías emprendido, encontrarás difícil retomar aquel camino original.

 En primer lugar, tendrás quepasar por una purificación de las energías de consciencia más bajas que absorbiste durante tus ‘escapadas’ a otras zonas de interés. Esto puede tomar un largo tiempo y quizás tengas que pasar por otras experiencias dolorosas que te capaciten para ir a través de la necesaria purificación de tu consciencia de nuevo.

En todo lo que haces en la vida, o estás adelantando espiritualmente, o estás moviéndote en zonas de consciencia que son perjudiciales para tu búsqueda y tu viaje de largo plazo hacia niveles más elevados de consciencia espiritual. Nunca te escapas de los procesos de la consciencia, ni de la función inexorable de las Leyes de la Existencia. No se puede poner tu vida en espera, mientras te escabulles para echar una cana al aire que crees que no tendrá importancia porque nadie lo sabrá. Cualquier cosa que hagas es una acción en consciencia y sea lo que sea -que promocione tu bienestar o que sea contraria a tu bien más elevado- tendrá sus repercusiones de naturaleza semejante.

Todo en tu vida está relacionado con alguna otra actividad en la consciencia. Nada está aislado de todo lo demás. La gente cree que lo que hace hoy está en un compartimiento. Cree que lo de ‘hoy’ se convierte en ‘ayer’ y ya pasó, que no tendrá relación con su ‘hoy’. Pero -desgraciadamente para ellos- lo verán surgiendo en su experiencia como tiempo de cosecha dentro de seis meses, un año o incluso dentro de diez años – cuando las energías de consciencia hayan atraído lo que fuera necesario para dar lugar a su manifestación visible. Luego la gente se pregunta - ¿por qué me ha ocurrido esto? ¿Por qué a mí?

Debes comprender que cuando emprendes un viaje espiritual, has puesto pie en un camino que elevará tus vibraciones espirituales a niveles más altos. La dejadez y la inconsistencia te llevarán a una condición de oscilación entre diversos niveles de frecuencias vibratorias. Estos momentos de inconsistencia están llenos de dolor emocional. Mientras oscilas, el ímpetu original de energía espiritual que antes elevaba tu visión espiritual va desapareciendo y al final te quejas de la dificultad para volver a la oración y a la meditación. Es difícil hacer el contacto que podías hacer con la Consciencia Divina antes de que te fueras a algún paseo placentero que te llevó a la caída de tus frecuencias de consciencia. De esta manera, al ceder a impulsos arrolladores te haces la vida difícil y andas sobre un camino más rocoso.