Amadísimo cuerpo mío

en nombre de la Amada y Todopoderosa

Presencia de Dios a la cual sirves de templo,

te bendigo y te doy las gracias por

el servicio invalorable que me prestas,

al permitirme cumplir mi misión en este plano físico de luz,

lo cual hace posible mi evolución almica y espiritual.

Reconozco y acepto tú

inteligencia, capaz de recibir

y ejecutar una orden,

y es por ello que te recuerdo la obligación

que tienes de manifestar armonía y equilibrio.

Por eso, en nombre de mi

Ser Divino, te ordeno amorosamente renovar

y regenerar todas las células, moléculas

y átomos que integran todos tus órganos,

sistemas y aparatos, eliminando consecuencialmente

toda apariencia negativa, y manifestando

la protección, ahora.

Bendigo y doy gracias

al mental que labora en ti por su cooperación.

Gracias amado cuerpo físico por la

en tu nombre. . . Gracias.