Amado silencio...
Amado silencio, hazme un sitio, pues
vengo a contarte mi gran deseo:
Quiero unirme a ti y contemplarte con detenimiento,
descifrar tu pensamiento, respirar tu aliento,
andar tu camino, pisar tus huella.
Más que ninguna otra cosa de este mundo,
anhelo conocer tus profundidades,
ser un fiel amigo, escuchar tu voz y llevar
a la practica tu conocimiento y sabios consejos.
Amado silencio, deseo vivir en tu paz,
en tu armonía, saber de tu gracia y maravilla,
de tu canción, de tu susurro,
de tus caricias y dulzura.
Deseo navegar en tu barca, izar las velas
al viento y que su corriente nos impulse.
Que la marea nos arrastre, que las olas nos
adormezcan, que los delfines nos acompañen,
que el vuelo de la gaviota cruce nuestro
destino y que el sol de tu amanecer caliente
sin descanso mi corazón. Que en el ocaso
y el sueño el fuego no se apague y el brillo
de la luna trace la ruta a tu infinito,
y sea éste un viaje eterno.
Quiero caminar contigo por los frondosos
bosques para que me hables de las plantas,
los árboles y sus recuerdos, de su vida y
percepciones, de su fuerza y esplendor,
de la entrega de su madera y de la nobleza
que los hace dignos de su, cada día,
más extinguido linaje y frutos.
Amado silencio, quiero que seas mi sherpa,
que me ayudes en la ascensión a la montaña,
a conquistar su dificultad y terreno abrupto,
a abrirme paso en medio de la tormenta
y caminar por el filo de lo imposible,
a consolar mi cansancio y dolor junto a tu fuego.
Deseo que seas tú quien me diga cómo se
pintan los colores del arco iris, que me
expliques el por qué de la lluvia y sus efectos,
que me hables de la siembra, de la recolección
y de los hombres que trabajan y aman la tierra.
Quiero que me cuentes cosas de los humanos,
el por qué sonreímos o lloramos,
de dónde nos nace el miedo,
por qué buscamos abrazarnos unas veces
y otras, en cambio, nos herimos o matamos.
Amado silencio, háblame de mí,
porque necesito más que nunca reconocerme,
saber de mis sentimientos, maneras
y procederes, el por qué a veces me
oculto o juego a ser lo que en verdad no soy.
Quiero que me desveles mis profundos misterios,
que me ayudes a entender su significado
y a no carecer de valor para enfrentarlos,
que me cuentes cosas acerca de la luz,
su gracia y mi mensaje.
Amado silencio,
hoy busco una alianza definitiva,
tu retrato sin tiempo, el sabor de tu nada,
contemplar maravillado tus floridos campos,
oler tus infinitos perfumes y respirar tu soplo interno.
Querido silencio,
hoy me entrego a tu abrazo y a la sensualidad
de tus besos, pues preciso comprender
las lágrimas de las estrellas cuando miro al cielo.