Para conseguir entrar en el reino de los cielos, lo que cuenta es el móvil. Mi Padre mira dentro del corazón de los hombres y los juzga por sus deseos internos y sus intenciones sinceras.
Libro de Urantia. Pág.1571
Me parece que esta cita encierra todo el mensaje que Jesús vino a traernos, cuando voluntariamente quiso ser un ser humano como nosotros. El no vino a ponernos reglas ni dogmas, tampoco su mensaje fue para un pueblo específico, ni mucho menos fue sólo para los "buenitos" porque el proclamó durante toda su vida pública una y otra vez : "todos los hombres son mis hermanos. Mi Padre celestial no menosprecia a ninguna de las criaturas de nuestra creación. Ningún hombre puede cerrar la puerta de la misericordia a un alma hambrienta que procura entrar. Nos sentaremos a comer con todos los que deseen oír sobre el reino. A los ojos de nuestro Padre que nos contempla desde lo alto, todos los hombres son iguales. No os negaréis pues a romper el pan con un fariseo o un pecador, un saduceo o un publicano, un romano o un judío, un rico o un pobre, un hombre libre o un esclavo. La puerta del reino está abierta de par en par para todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a Dios. 1541
Nadie queda excluído, por eso pienso que cuando lleguemos a los mundos de estancia nos vamos a llevar sorpresas muy grandes, porque veremos a la diestra del Padre, a muchos que a lo mejor nosotros menospreciamos porque no creían como nosotros y notaremos la ausencia de muchos "devotos mojigatos" como en aquel tiempo lo eran los fariseos a quienes Jesús les dijo: "Os aseguráis de presentar una apariencia piadosa y santa ante el pueblo, pero vuestra alma interior está llena de mojigatería, codicia, extorsión, y todo tipo de maldad espiritual. Aun vuestros líderes se atreven a confabular y planear el asesinato del Hijo del Hombre. ¿Acaso no comprendéis, hombres necios, que el Dios del cielo ve tanto los motivos íntimos del alma así como vuestras pretensiones exteriores y vuestras manifestaciones de devoción? No creáis que dar limosnas y pagar diezmos os limpia de injusticias y os permite aparecer puros en la presencia del Juez de todos los hombres. ¡Ay de vosotros fariseos que habéis persistido en rechazar la luz de la vida! Sois meticulosos en pagar el diezmo y ostentosos en dar limosna, pero a sabiendas rechazáis la visitación de Dios y negáis la revelación de su amor. Aunque esté bien para vosotros prestar atención a estos deberes menores, no deberíais haber dejado sin hacer esos requisitos más importantes. ¡Ay de los que ignoran la justicia, desdeñan la misericordia y rechazan la verdad! ¡Ay de todos los que desprecian la revelación del Padre mientras buscan los asientos principales en la sinagoga y anhelan el saludo halagador en el mercado!.1826"
Debemos estar continuamente acechándonos a nosotros mismos, para ver que es lo que realmente esconde nuestro corazón con respecto a la espiritualidad y a la evolución, porque no es lo que hacemos lo que tiene valor ante Dios, sino nuestras intenciones más íntimas y nuestros deseos sinceros. Más que ser sinceros con los demás, se nos pide ser sinceros con nosotros mismos, para no engañarnos creyéndonos espirituales porque dedicamos unos minutos a la lectura del Libro, o porque hacemos algunos minutos de meditación, todo eso ayuda, es un medio, pero el fin último y verdadero es evolucionar, provocar cambios en nuestra vida que nos permitan crecer en comprensión y nos permitan vivir en medio de la algarabía mundana, sin perder nuestra conciencia de hijos de Dios, para no merecer la advertencia de Jesús cuando nos dijo: "Debéis prestad atención a mis palabras, para no cometer el error de escuchar mi enseñanza con la mente, mientras nuestro corazón no comprende el significado1876"
yolanda silva solano