NO HAY MAYOR CEGUERA.
Y vinieron muchos que entre ellos
discutían acaloradamente, y
sentándose a su alrededor
así le preguntaban:
Háblanos de la Conciencia Colectiva.
Y El, con majestad y calma,
de esta forma les platicaba: Ustedes se
unen para enfrentarse, mas no para
defender la Unidad en todas las
cosas.
Se unen para luchar unos contra otros,
mas no para limar asperezas y
construir.
Se unen con palabras y formulismos,
mas en sus corazones están tan
distantes como las nubes de las estrellas.
Y a todo esto lo llaman
Conciencia Colectiva.
Ustedes se apoyan unos en otros
para fines egoístas que los
deterioran en lugar de elevarlos.
El comportamiento de ustedes no
es superior al de una manada de
lobos, que se juntan para
calmar su hambre.
Y van a los espectáculos
para afilar sus uñas de rencores
y sus lenguas de envidia.
¿Cuándo su Conciencia Colectiva
será olvidarse de ustedes mismos para
servir al Mundo?
¿Cuándo su Conciencia Colectiva
será Amarse profundamente en su
prójimo?
¿Todavía se empeñan en arrojar piedras
sobre sus cabezas,
representadas en otras cabezas?,
¿En escupir sobre sus caras,
representadas en otras caras?
¿No ven que no son mejores ni peores
en sus circunstancias, que
aquéllos a los que critican en las suyas?
En verdad les digo que no hay mayor
ceguera que la que enfrenta a un
hombre con otro hombre.
¿Cuántos mártires necesitan todavía?
¿Cuántos necesitan para
comprender que lo suyo es el vuelo por
encima de las cosas y no el
atarse a ellas como se atan las cañas
a las orillas de los lagos?
DEL LIBRO:
ASÍ HABLABA QUETZACOATL