Conviértanse en discípulos… discípulos de su propia vida.
La vida es realmente tu maestro. Y si no puedes aprender de la vida, ¿de dónde vas aprender?
Si hasta el gran maestro de la vida es derrotado por ti y no es posible que te enseñe nada,
¿quién podrá entonces enseñarte algo?
Este Universo es una universidad. Cada momento es una lección, cada frustración supone una lección. Cada vez que fracasas, ¡aprende algo! Poco a poco entra el rayo de la sabiduría. Uno se vuelve alerta centímetro a centímetro, uno se vuelve capaz de no repetir los mismos errores centímetro a centímetro. En el momento en que empiezas a aprender, empiezas a acercarte a Dios.
Y no confíes en las sabidurías pequeñas, no creas que ya has llegado. Un pequeño aprendizaje algunas veces satisface demasiado a la gente… Luego se para, luego deja de moverse. Se trata de un gran viaje, de un viaje sin fin.
Cuanto más aprendas, más serás capaz de aprender. Cuanto más aprendas, más te darás cuenta de lo mucho que queda por aprender. Cuanto más sabes, más intenso se vuelve el misterio. Cuanto más sabes, menos sientes que sabes.
Con la sabiduría se abren nuevas puertas. Con la sabiduría se revelan nuevos misterios.
Así que no te sientas satisfecho con un poco de conocimiento. No te des por satisfecho hasta que Dios no se te revele. Deja que haya un gran descontento espiritual.
Sólo aquellos que son lo bastante afortunados para sentir este divino descontento (de que nada menos que Dios les satisfará) sólo aquellos llegarán. Nadie más.
Osho