La fe salvadora nace en el corazón humano, cuando su conciencia moral comprende que los valores humanos pueden ser transformados en experiencia mortal, de lo material lo espiritual, de lo humano a lo divino, del tiempo a la eternidad.
Libro de Urantia. Pág.1118
Mientras nuestra espiritualidad y nuestra fe permanezcan separadas de nuestra vida cotidiana, no serán ni fe ni tampoco espiritualidad, sino sólo creencias que adormecen aún más la conciencia de la verdadera realidad, pues la fe sin obras es algo sin vida, incapaz de dar los frutos del espíritu, que sólo pueden darse en el contacto con nuestros semejantes poque ellos son: "el amor. la alegría, la paz, la resignación, la dulzura, la bondad, la humildad y la justicia,381" todos ellos precisan entregarse y de la participación y contactos con otros seres humanos, para que sean una realidad y no un autoengaño.
"La semilla de la verdad teórica está muerta, los más altos conceptos morales no tienen vigencia, a menos que, y hasta que, el Espíritu divino infunda inspiración sobre las formas de la verdad y estimule las fórmulas de la rectitud. Pero no es suficiente que se haya derramado este espíritu sobre vosotros; el Espíritu divino debe dominar y controlar cada fase de la experiencia humana. 381"
Debemos convecernos que nuestro Padre no desea ser adorado una vez a la semana en los grandes santuarios religiosos, lo que anhela es que en nuestro propio corazón que El voluntariamente escogió por templo, le rindamos una adoración que no es de fraseología rebuscada, porque la verdadera adoración es "la técnica de buscar en el Unico, la inspiración para servir a muchos"1616 Si no hay preocupación por los que nos rodean, si no hay empatía hacia nuestros hermanos, si no comprendemos sus problemas y nos alegramos con sus éxitos, no estamos cumpliendo con la hermandad que Jesús vino a enseñarnos.
Si por dedicarnos a la oración, a la meditación o a la lectura de los libros sagrados, luego no tenemos tiempo para escuchar a nuestros hijos o quien nos necesite, estamos equivocados en nuestras prioridades, porque a Dios lo tenemos que encontrar en nuestro corazón y en el de nuestros hermanos, porque "la verdadera religión no funciona separada del individuo, porque mientras os dedicáis a las obtención de las relidades eternas, debéis también disponer para las realidades de la vida temporal."1778
Nuestra unión con el Espíritu residente en medio de nuestra vida cotidiana, es lo que le da el verdadero valor a nuestra espiritualidad porque "la experiencia de una vida religiosa dinámica transforma al individuo mediocre, en una personalidad de poder idealista. La religión sirve al progreso de todos, porque fomenta el progreso de cada individuo, y el progreso de cada uno es aumentado por el logro de todos. El crecimiento espiritual está mutuamente estimulado por la asociación íntima con otras personas. El amor provee el terreno para el crecimiento religioso y es un aliciente objetivo en lugar de la gratificación subjetiva, pues la religión ennoblece la rutina común de la vida diaria.1094"
yolanda silva solano