Alcanza tu sueño
Sé firme en tus actitudes
y perseverante en tu ideal,
pero sé paciente, no pretendiendo
que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo,
vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto
para recibir los beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren
los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
¡Lo que pasó, pasó!
De ahora en adelante procura construir una
vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina
hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Haz como el sol que nace cada día,
sin acordarse de la noche que pasó.
Sólo contempla la meta y no veas
que tan difícil es alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho;
camina en lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste,
más bien decídete a cambiar.
No trates que otros cambien;
sé tú el responsable de tu propia vida
y trata de cambiar tú. Deja que el amor
te toque y no te defiendas de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien
y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que
"cada día tiene su propio afán".
Busca a alguien con quien compartir
tus luchas hacia la libertad;
una persona que te entienda,
te apoye y te acompañe en ella.
Si tu felicidad y tu vida
dependen de otra persona,
despréndete de ella y ámala,
sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto,
piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes
la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa
y viva para expulsar la tristeza
de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz
que debe permanecer siempre encendido,
iluminando todos nuestros actos
y sirviendo de guía a todos
los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas
las ventanas de tu alma,
por medio de la alegría, todos los que
pasan por la calle en tinieblas,
serán iluminados por tu luz.
Trabajo es sinónimo de nobleza.
No desprecies el trabajo que te
toca realizar en la vida.
El trabajo ennoblece a aquellos
que lo realizan con entusiasmo y amor.
No existen trabajos humildes.
Sólo se distinguen por ser
bien o mal realizados.
Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo
con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.
Dios nos ha creado para realizar un sueño.
Vivamos por él, intentemos alcanzarlo.
Pongamos la vida en ello y si nos
damos cuenta que no podemos,
quizás entonces necesitemos hacer
un alto en el camino y experimentar un
cambio radical en nuestras vidas.
Así, con otro aspecto, con otras posibilidades
y con la gracia de Dios, lo haremos.
No te des por vencido, piensa que
si Dios te ha dado la vida,
es porque sabe que tú puedes con ella.
El éxito en la vida no se mide por lo
que has logrado, sino por los obstáculos
que has tenido que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera en que
vas a afectar el corazón de otros y esas
decisiones son de lo que se trata la vida.
"Que este día sea el mejor de tu vida
para alcanzar tus sueños".