Viviendo un día perfecto
Lo primero que hago en la mañana es un poco de “Trabajo de espejo”. Me miro a los ojos en el espejo y digo, “Tú eres maravillosa, y yo te amo. ¿Qué puedo hacer hoy para hacerte feliz? Este simple trabajo de espejo ha hecho tantas maravillas para mi. Hubo un tiempo en que difícilmente yo podía mirarme a los ojos. Ahora me encanta hacerlo. Por favor, únete a mi en este ejercicio de cambio de vida. Incluso si te sientes tonto, continúa haciéndolo. Por la noche, di, “Yo te amo. Ahora duerme bien, y te veré en la mañana”.
También medito cada mañana, es decir, me siento en silencio y me doy tiempo para conectarme con la sabiduría divina que está dentro de todos nosotros. Expreso gratitud a Dios por todo lo bueno que tengo en mi vida. Yo afirmo que yo merezco tener un día grandioso y que estoy abierta y receptiva sólo a las buenas experiencias. Declaro que mi salud es excelente, y envío amor a cada parte de mi vida.
Si un problema viene durante el día, paro y me digo: “Todo está bien. Todo está funcionando para mi bien más elevado y solo lo bueno vendrá a mi.” Esta declaración me guarda de pensar cosas negativas.
Antes de ir a dormir, expreso gratitud por todo lo que sucedió ese día, incluyendo cualquier lección o desafío. Bendigo mi cuerpo con amor, y agradezco por estar conmigo para otro día. Después bendigo todas mis experiencias con amor y me duermo pacíficamente.
***Louise L. Hay***
Si no me amo a mí misma, es imposible amar a mi Creador