Todos somos iguales… así me lo repetían una y otra vez mis ancestros, pero yo veía diferencias. Todos somos iguales… me recalcaban los predicadores y yo continuaba viendo diferencias. Por aquí, salud; por allá, enfermedad; hacia el norte, riqueza; hacia el sur, pobreza; en la luz, tranquilidad; en la oscuridad, desasosiego; no importa hacia donde mirara siempre encontraba alguna diferencia y una y otra vez me enfrascaba en aquella pregunta ignorante que me repetía: Donde esta, que no la veo? Y como ninguna pregunta queda sin respuesta, mi ignorancia quedo satisfecha. En medio de las diferencias que deslumbran nuestros ojos, somos iguales. Si, iguales, porque según pasamos por la vida, independientemente de la posición familiar, social, etc., cada ser está tratando de alcanzar un próximo nivel, un logro, una felicidad. Para algunos será algo tan sencillo como obtener un trozo de pan para comer, mientras que para otros será algo tan complicado como tomar control de un negocio o proyecto. Las diferencias estriban en la etapa de la vida propia en la cual nos encontremos y cada ser esta en una etapa diferente. Están aquellos que han alcanzado muchas cosas y aun le quedan muchas más por alcanzar, mientras otros pueden llegar a sentir satisfacción por lo poco que tienen y así no tener responsabilidades que asumir; y aun así, somos iguales, porque independientemente de la etapa en la cual nos encontremos en algún momento el éxito y el fracaso, lo maravilloso y lo terrible lo experimentaremos. Tiene éxito el hambriento que obtiene un pedazo de pan, tiene éxito el empresario que logra la aceptación de su producto; fracasa el hambriento cuando el día declina y el hambre aun está insatisfecha, fracasa el empresario cuyo producto es rechazado por el público. Las “altas” y las “bajas”… todos somos iguales ante ellas, todos estamos en esas posiciones en algún momento y son ellas las que nos mueven a la próxima meta o logro. Nos comportemos como salvajes, nos comportemos como santos, todos estamos tratando de movernos hacia otro nivel; entonces no hay diferencia alguna, todos estamos aprendiendo, conociéndonos a nosotros mismos, conociendo como trabaja la vida en nosotros. Buscamos crecer, sobrevivir, alcanzar, progresar. Buscamos que el día transcurra de la mejor manera posible, pagar esa cuenta que tenemos pendiente con el gobierno y mantener contacto con nuestros seres queridos. Todos estamos en el mismo barco, unos con remos, otros con timón, pero todos procuramos que se mueva. Independientemente de cuáles sean nuestras herramientas nos mantenemos luchando porque mientras estemos en este mundo siempre habrán logros y fracasos, siempre habrán enseñanzas y aprendizaje. Diferentes…, pero iguales!