Es un arte aceptar las derrotas, y las almas nobles siempre lo adquieren; debes saber cómo perder, sin perder el ánimo; no debes temer el desencanto. No vaciles jamás en admitir el fracaso.
Libro de Urantia Pág. 1780
En una sociedad, donde el éxito es la premisa para sobrevivir en un mundo competivo y consumista, parece raro por decir lo menos, el hablar del aprender a perder y a aceptar el fracaso y sin embargo Jesús en muchas ocasiones nos habló de ello, porque "en este asunto de enfrentarse con el fracaso y adaptarse a la derrota, es donde la visión de largo alcance de la religión ejerce su influencia suprema. El fracaso es simplemente un episodio educacional, un experimento cultural en la adquisición de la sabiduría, en la experiencia del hombre que busca a Dios, embarcado en la aventura eterna de la exploración de un universo. Para esos hombres, la derrota no es sino un medio nuevo para el alcance de niveles más altos de la realidad universal."1780
Definir el fracaso no cuesta, pero otra cosa muy diferente es cuando él llama a nuestra puerta, porque como dice el refrán: otra cosa es con guitarra. Hay fracasos como el ecónomico o el social, en los cuales es posible excusarnos a nosotros mismos y echarle la culpa a la política, a la incomprensión de los otros etc. Pero el fracaso que más nos cuesta reconocer y aceptar es cuando en el interior de nuestra alma, nos damos cuenta que no somos todo lo que creíamos ser, cuando comprobamos que nuestro ego espiritual nos ha estado engañando porque ante una prueba o una derrota, no somos capaces de ver más allá de nuestras narices y nuestro ánimo se decae y hasta nuestra fe tambalea, porque no creemos merecer lo que nos está pasando y nos atrevemos a preguntarle a Dios ¿por qué a mí? en vez de buscar el verdadero significado de lo que nos ocurre, porque nada es por casualidad, la vida no transcurre en vano porque ella es la gran maestra que nos ayuda a evolucionar.
"El éxito puede generar valor y promover confianza, pero la sabiduría sólo proviene de las experiencias del ajuste al resultado de los propios fracasos. Los hombres que prefieren las ilusiones optimistas a la realidad, jamás podrán ser sabios. Sólo los que se enfrentan con los hechos y los adaptan a los ideales pueden llegar a la sabiduría. La sabiduría abraza tanto el hecho como el ideal y por consiguiente salva a sus devotos de esos extremos estériles de la filosofía, al hombre cuyo idealismo excluye los hechos y al materialista que está vacío de visión espiritual. Esas almas tímidas que sólo pueden mantener la lucha de la vida mediante las continuadas ilusiones falsas del éxito están destinadas a sufrir el fracaso y experimentar la derrota cuando finalmente despierten del mundo de ensueño de su propia imaginación.1780"
No nos avengoncemos de nuestras debilidades, dificultades y fracasos, porque ellas " pueden desafiar la mediocridad y derrotar al temeroso, pero sirven de estímulo a los hijos de Dios.556" que tienen la certeza que con El ¡todo es posible! siempre y cuando en nuestro interior seamos absolutamente sinceros con nosotros mismos y sepamos respetar nuestras decisiones y la palabra empeñada
yolanda silva solano