NUESTRO TIEMPO A SOLAS CON DIOS
NOS RENUEVA Y NOS RESTAURA
A veces puede suceder que
necesitemos renovar nuestra energía
y recargar nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Bien sea que asistamos a un retiro espiritual
o simplemente demos una caminata en la naturaleza,
el pasar tiempo a solas,
lejos de nuestra vida diaria,
es una parte sagrada de nuestra práctica espiritual.
No pasemos nuestro tiempo a solas
preocupados por nosotros mismos
ni por las expectativas, los juicios o las inquietudes.
Es un tiempo sagrado
para crecer espiritualmente
en nuestra relación con Dios.
El tiempo a solas con Dios
renueva nuestro espíritu.
Nuestra energía aumenta
y nuestra fortaleza es restaurada.
Nuestra mente es refrescada
y nuestros pensamientos son prosperados.
Y sentimos un entusiasmo nuevo por la vida.
Regresamos a nuestra vida cotidiana
refrescados y revitalizados.
Estamos listos para actuar
según nuestra inspiración
recién encontrada.
"Y después que los despidió,
se fue al monte a orar"
(Marcos 6:46)
|