No es un territorio familiar. Ya no podemos quedarnos en nuestras cabezas y hacer caso a todo “lo que parece…” y responder automáticamente. Necesitamos vivir desde el corazón. Necesitamos encontrar una nueva manera de relacionarnos con nuestro mundo.
Esta nueva energía que rodea el planeta en este momento nos está haciendo sentir, en muchos sentidos, como si estuviéramos de nuevo en el “jardín de infancia espiritual”, y muchos de nosotros estamos siendo muy críticos..., con nosotros y con lo que nos rodea, ya no podemos soportar partes de nosotros mismos ni de la persona que tenemos al lado.
Creo que es un proceso en el que estamos dejando ir aspectos “caducados” de nosotros mismos que ya no necesitaremos en el nuevo mundo.
Tanta crítica nos está ayudando a dar forma a nuestro nuevo mundo en el que vamos a manifestar nuestra felicidad... no nuestros disgustos.
Cuando llegue el momento para la fase final del cambio, será fácil DEJAR IR todo lo que no es necesario para nuestra evolución.
En este momento estamos aprendiendo acerca de la UNIDAD, la COMPASION.
Por eso estamos tan atascados en nuestras cabezas todo el tiempo... tratando de decidir qué es lo correcto y que no. Parece que “nada fluye” ni es pacífico. Sin embargo sí lo es.
Parece que no podemos discernir. Las cosas que para nosotros, antes era importante participar, ahora nos encontramos indecisos, o no nos importa si lo hacemos o no. Queremos algo, y luego no lo queremos. Queremos ir a alguna parte, y luego no queremos. Queremos mudarnos, y luego no.
Sabemos que tenemos todo lo que podemos querer o necesitar en este mundo, y aun así no nos sentimos satisfechos.
Y nos sentimos así porque nuestro espíritu ya es consciente del paraíso que está emergiendo justo en frente de nosotros. Nos estamos preparando para dejar ir todas las cosas que nos hacen sentir insatisfechos, de manera que podamos renacer en un mundo nuevo.
En esta nueva vida se trata de compartir los recursos, no acumularlos... y apoyar a la comunidad; no competir con los demás. Se trata de pensar más allá de nuestra vida personal. La ABUNDANCIA llega cuando comprendemos que el universo TIENE y ES para todos en la Tierra, siempre y cuando partamos de una conciencia de compartir y apoyar.
Es importante pensar y ver más allá de nuestras propias necesidades personales y pensar en toda la comunidad global, porque lo que hacemos por nosotros mismos afecta a todos.
El Espíritu nos proporciona lo que necesitamos... no necesariamente lo que queremos. Lo que necesitamos se manifiesta desde el Espíritu.
Estamos en un momento en que debemos ampliar nuestras intenciones para incluir a nuestros vecinos, nuestros países y el planeta entero.
La unidad es el círculo familiar absoluto. La unidad no se trata de ser todos iguales, como clones sin mente propia.
Lo mejor que podemos hacer ahora para llegar a la tierra prometida es seguir el camino de nuestro corazón, y cuando enseñemos nuestra pieza del rompecabezas, vamos a contemplar todo el cuadro entero.
Dejemos de buscar la paja en el ojo ajeno y vamos a mirar hacia adelante dándonos cuenta de que TODOS estamos logrando un mundo nuevo y plenamente despierto.
Avancemos con integridad, sinceridad, humildad, con responsabilidad, sin culparnos ni culpar al otro mientras vivimos en el momento presente.
Vamos a liberarnos de nuestras variadas y dolorosas memorias y recuerdos que influyen en nosotros. Vamos a soltar de una vez esa pesada maleta. Esto nos permitirá quitarnos nuestra armadura y derrumbar todo lo que nos separa.
Todos estamos haciendo nuestro papel. Todos estamos en el mismo barco.
En este momento si seguimos la corriente, y no luchamos contra ella, y escuchamos a nuestro corazón, nuestro nuevo mundo se va a manifestar tal como lo hemos soñado. TODOS somos miembros de la raza humana que está despertando. Nosotros podemos hacer esto, si lo hacemos juntos