«Una vez que mis hijos se hagan conscientes de la certeza de la presencia divina, esa fe abrirá su mente, ennoblecerá su alma, fortalecerá su personalidad, aumentará su felicidad, intensificará su percepción espiritual y realzará su poder para amar y ser amados.»
Libro de Urantia
" Jesús vivió en la tierra y enseñó un evangelio que redimía al hombre de la supertición de que él era hijo del mal y lo elevó a la dignidad de ser hijo de Dios por la fe. Su mensaje, tal como él lo predicó y lo vivió en su época, fue una solución eficaz a las dificultades espirituales del hombre, en la época en que se lo propuso. Y ahora, puesto que él como persona se ha ido del mundo, envía en su lugar a su Espíritu de la Verdad, destinado a vivir en el hombre y, para cada nueva generación, pueda formular de nuevo el mensaje de Jesús, para que cada nuevo grupo de mortales que aparezca sobre la superficie de la tierra, tenga una versión nueva y actualizada del evangelio, un esclarecimiento personal y una guía colectiva que sea una solución eficaz a las siempre cambiantes y variadas dificultades espirituales del hombre.2060"
Pero ser hijo de Dios no es suficiente, es preciso que cada ser humano, por su propia iniciativa se haga consciente de que la presencia divina mora en su corazón, porque Dios siendo deidad y habiéndole otorgado al ser humano el don del libre albedrío, no desea imponer su amor, la criatura debe aprender a buscarlo y a encontrarlo por sus propios medios, pues "ni siquiera el amor infinito de Dios puede imponer la salvación a una criatura mortal que no elija sobrevivir.1638" de este modo, "el espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la elección de la criatura.150"
"La personalidad del hombre es eterna, pero en cuanto a la identidad es una realidad eterna condicionada. Habiendo aparecido en respuesta a la voluntad del Padre, la personalidad alcanzará el destino de Deidad, pero el hombre debe elegir si estará o no presente en el momento del logro de tal destino. El ciclo está predestinado, pero la participación del hombre en él es facultativo, personal y experiencial.1232"
Si Dios respeta hasta este extremo la voluntad humana ¿cómo nosotros podemos ser tan dados a imponer la nuestra a nuestros hermanos y creernos dueños de la verdad, criticando y descalificando a los que no creen o no piensan cómo nosotros lo hacemos? Olvidamos que " el sectarismo es una enfermedad de la religión institucional, el dogmatismo es el avasallamiento de la naturaleza espiritual. Es mucho mejor tener una religión sin iglesia que una iglesia sin religión. Porque cuando la religión se vuelve institucionalizada, se limita su poder para el bien, mientras que las posibilidades del mal se multiplican. Los peligros de una religión formalizada son: La fijación de las creencias y la cristalización de los sentimientos; la acumulación de los intereses establecidos con un aumento de la secularización; la tendencia a estandardizar y fosilizar la verdad; la desviación de la religión, del servicio a Dios al servicio a la iglesia; la tendencia de los líderes a volverse administradores en vez de ministros; la tendencia a formar sectas y divisiones competitivas; el establecimiento de una autoridad eclesiástica opresiva; la creación de una actitud aristocrática de «pueblo elegido»; el fomentar ideas falsas y exageradas de lo sagrado; la rutinización de la religión y la petrificación de la adoración; la tendencia a venerar el pasado, ignorando al mismo tiempo las demandas del presente; la incapacidad de hacer interpretaciones contemporáneas de la religión; el enredo con las funciones de las instituciones seculares; la creación de una discriminación maligna en forma de castas religiosas; el volverse juez intolerante de la ortodoxia; la incapacidad de mantener el interés de la juventud y la pérdida gradual del mensaje salvador del evangelio de la salvación eterna, son las que hacen inhoperante la fe. La religión formal frena a los hombres en sus actividades espirituales personales, en vez de liberarlos para un servicio enaltecido de constructores del reino.1092
Hacernos conscientes de la presencia de Dios en nuestro corazón, es aprender a tener la individualidad necesaria para actuar con plena libertad de conciencia y por lo mismo, asumiendo totalmente nuestra responsabilidad ante nuestra evolución y perfeccionamiento, ya no podemos culpar a ninguna tendencia, religión, maestro o contactado...porque la evolución es algo absolutamente personal, porque depende del grado de conciencia que tengamos en todo lo que hacemos porque "el hombre no puede jamás decidir sabiamente sobre los asuntos temporales, ni trascender el egoísmo de los intereses personales, a menos que medite en presencia del Espíritu residente y tome en cuenta las realidades de los significados divinos y de los valores espirituales.1093" La fe ciega y sin razpnamiento no tiene valor, porque la fe verdadera es la que abre la mente y nos permite no perder nunca nuestra capacidad de asombro ante la vida.
yolanda silva solano